CULTURA POSMODERNA Y PERFILES DE PRÁCTICA EN LOS CENTROS DEPORTIVOS MUNICIPALES
Águila, C.1; Sicilia, A. 2;Muyor, J. M.3 y Orta, A.4
- Doctor Ciencias Actividad Física y Deporte. Profesor Contratado Doctor. Universidad de Almería. España (cornelio@ual.es)
- Doctor Ciencias Actividad Física y Deporte. Profesor Titular Universidad. Universidad de Almería. España (asicilia@ual.es)
- Licenciado Ciencias Actividad Física y Deporte. Profesor Asociado. Universidad de Almería. España (josemuyor@ual.es)
- Licenciado en Periodismo. Coordinador de actividades y programas del Patronato Municipal de Deportes de Almería. España (aorta@cajamar.es)
Proyecto de investigación “Factores motivacionales relacionados con la adherencia a la práctica física:” (Ref. DEP2007-73201-C03-03/ACTI)
Recibido 1 de diciembre de 2008
Aceptado 15 de enero de 2009
Clasificación UNESCO: 6399 (Sociología del Deporte)
Águila, C.; Sicilia, A.; Muyor, J. M. y Orta, A. (2009). Cultura posmoderna y perfiles de práctica en los centros deportivos municipales. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 9 (33) pp. 81-95.
RESUMEN
El objetivo de este trabajo fue analizar el perfil sociodemográfico y de práctica de los usuarios de los centros deportivos locales de una ciudad andaluza como muestra de la condición posmoderna. Para ello se empleó una muestra de 727 sujetos (325 mujeres y 402 hombres) de edades comprendidas entre los 14 y 78 años, que respondieron a un cuestionario diseñado para esta investigación. Los resultados nos muestran que estos centros presentan un mayor número de mujeres que la población española y andaluza. Sin embargo, es destacable el perfil socioeconómico más bajo con respecto a la población española que practica deporte. Con respecto a las prácticas, la sala de fitness sigue siendo la actividad más realizada, aunque se apunta una gran frecuencia de actividades rítmicas, especialmente entre las mujeres.
PALABRAS CLAVE: centros deportivos municipales, perfil práctica, perfil sociodemográfico, cultura posmoderna
ABSTRACT
Our aim in this article is to analyze practice and sociodemographic profiles of users of local sports centres of a town in Andalusia serving as an example of postmodern culture. In order to do this, we have used a sample of 727 subjects (325 women and 402 men), ages 14 to 78 years, who answered a questionnaire specifically designed for our research. Results show that the ratio of women using this type of centre is greater than that present in Spain’s or Andalusia’s populations. Users’ socioeconomic profile is however noteworthy given that it is lower than that of the Spanish population who practice sports. As for the type of practice, there are still more fitness practice users, even if they are increasingly more involved in rhythmic activities and dance, especially in the case of women.
KEY WORDS: local sport centres, practice profile, sociodemographic profile, postmodern culture
1. INTRODUCCIÓN
La organización y la forma de vida en las sociedades occidentales avanzadas, entre ellas la española, remiten a un sistema que se inició alrededor de los siglos XVI y XVII en Europa que conocemos como modernidad (Giddens, 1993). Muchos fueron los fenómenos que contribuyeron a la ruptura con las organizaciones premodernas, entre ellos: los avances tecnológicos que, aplicados especialmente a los procesos de producción y los transportes, potenciaron el desarrollo industrial alrededor de las ciudades en perjuicio del sector primario y la vida rural; la expansión de un sistema económico capitalista; la extensión de un sistema político basado en los estados-nación; y la progresiva división y especialización del trabajo.
Sin embargo, detrás y como apoyo a cambios estructurales de tal dimensión, se difundió y aceptó una nueva forma de pensar, de orientar las relaciones, en definitiva, de explicar y gestionar la vida social cuyo pilar fue la hipervaloración de la razón. El pensamiento moderno se basa en la centralidad del ser humano y en la confianza en su capacidad para, desde los avances científicos, estructurar la vida social siguiendo criterios racionales. En este contexto, hizo su aparición el deporte en Inglaterra, convirtiéndose en un medio para la transmisión de valores propios de la clase dominante como el coraje, el esfuerzo, el espíritu de superación y el progreso (Bourdieu, 1993), además de incorporar en su práctica las características racionales modernas, como la cuantificación, el cálculo, la eficacia, la predicción y el control (Mandell, 1986).
Sin duda, las características y discursos de la modernidad siguen manteniendo la hegemonía en el mundo de hoy día (Giddens, 1993). Por ello, es el deporte moderno el más extendido. Pero, desde hace varias décadas, vienen produciendo cambios estructurales de gran alcance que afectan a las relaciones sociales, tanto en los ámbitos de producción, como en las formas y usos del poder y en la propia experiencia humana (Castells, 1998). Algunos autores, denominan nuestra época posmodernidad (Lyotard, 2000; Vattimo, 2000), basándose sobre todo en los cambios culturales y formas de pensar. El posmodernismo cuestiona los ejes centrales del proyecto modernista, esto es, la razón como arma para la explicación de lo social. De acuerdo con Rojek (1997), vivimos en un mundo marcado por la fragmentación, la diferenciación, la diversidad y la movilidad. Los principales atributos de las sociedades posmodernas son el pluralismo, el individualismo y la subjetividad (Jameson, 1991; Lyon, 1996; Lyotard, 2000). En esta situación, las categorías de análisis propuestas por los autores modernos, por ejemplo el género, se consideran cada vez con menos capacidad explicativa respecto a los asuntos sociales. En este sentido, Roberts (1997) defiende que las tradicionales formas de masculinidad y feminidad están siendo cuestionadas y tendemos a modelos “unisex” elegidos bajo criterios de gusto y desarrollados como actos de consumo.
A partir del análisis más amplio de Águila (2007), consideramos que los principales rasgos de la cultura posmoderna son: por un lado, el pluralismo y el mestizaje, como ruptura con el estilo único modernista y la irrupción de la hetereogeneidad discursiva y estilística; y, por otro, el individualismo y la subjetividad, lo cual deviene en una atomización social que maximiza la importancia de la libre elección del estilo de vida, los valores y los proyectos personales. A ello, le sumamos la creciente tendencia a la asociación e identificación sobre la base de afinidades culturales, que podrían llegar a ser más relevantes que las tradicionales categorías modernistas como la clase social o el género (Roberts, 1997). Y por último, el esteticismo de la vida cotidiana, un reflejo de la creciente importancia de las cuestiones de la belleza y la estética en todos los ámbitos (Jameson, 1991).
Algunos autores han incluido dentro de estos cambios culturales las nuevas formas de práctica físico-deportiva surgidas en los últimos años (Águila, 2007; García Ferrando, 2006; Olivera y Olivera, 1995). Si el deporte moderno se desarrolla bajo principios racionales y mantiene una rigidez en sus formas y normas, el deporte posmoderno se caracteriza por la flexibilidad organizativa, del producto deportivo y de la gama deportiva, lo cual permite múltiples modalidades dentro de un mismo deporte (Rodríguez, 2003). Así, la práctica deportiva posmoderna es plural, innovadora, creativa y dinámica (Águila, 2007).
La taxonomía propuesta por Olivera y Olivera (1995) es una buena muestra del pluralismo y la variedad de las prácticas culturales en el seno del deporte, donde la elección individual predomina sobre el control social racional. Estos autores consideran seis modelos según la dimensión corpóreo-emocional que predomina: el modelo ascético (recoge el enfoque tradicional del deporte rendimiento); el modelo hedonista (las nuevas prácticas de aventura y riesgo); el modelo escénico (basado en juegos paramilitares donde el cuerpo es teatralizado y aguerrido); el modelo etnomotriz (como una revitalización de los movimientos culturales autóctonos); el modelo místico (que buscan la naturaleza profunda del ser humano mediante un cuerpo “vivido y sentido”); y el modelo narcisista (que conjuga la mejora de la forma física con el placer en pos de una mejora de la salud y la calidad de vida). Por tanto, hoy día el deporte se considera un sistema abierto, de difícil acotación y de gran diversificación (Heinemann, 2001), cuestión reflejada en los diferentes significados que le otorgan los españoles: salud, evasión, relación social, aventura y reto personal, desarrollo personal y formación del carácter (García Ferrando, 2006).
Dentro de la diversidad de modelos propuestos por Olivera y Olivera (1995), es notorio el auge en los últimos años de la corriente salud-narcisista (García Ferrando, 2001, 2006). Organizaciones internacionales como el American College of Sport Medicine (ACSM, 1995) han destacado la necesidad de incluir programas de actividad física en la promoción de estilos de vida saludables y han contribuido a la expansión de este modelo corporal narcisista. Así, el punto de partida de dicho modelo es el movimiento sanitario estatal que propone luchar contra los malos hábitos de la vida moderna (sedentarismo, consumo de drogas, mala alimentación, etc.), en este caso, a través de la actividad física (Olivera y Olivera, 1995). Incluye prácticas de gimnasia aeróbica en sus muchas nuevas formas (p.e. aeróbic, step, bailes, musculación, gym jazz, Batuka®, Pilates®…), que, en la actualidad han conformado una importante industria, la del fitness, y está expandiendo un sistema mercantilizado y profesionalizado que ha ampliado las formas de consumo deportivo (Águila, 2006).
Desde hace varios años, los gobiernos locales han incorporado a sus planes de promoción deportiva el uso de centros deportivos y de fitness semejantes a los del sector privado, que contemplan las últimas novedades de actividades físico-deportivas. El impacto de tales centros en el aumento de los practicantes en entornos municipales es patente (Sicilia et al., 2008), y por ello, creemos que su análisis es de gran importancia para entender el sistema deportivo local, sobre todo en lo relativo a los cambios en los usos y formas de práctica.
Actualmente, disponemos de un gran número de estudios que regularmente nos informan sobre los hábitos deportivos de los españoles (García Ferrando, 1991; 1997; 2001; 2006), y de los andaluces (Otero, 2000; 2004). Sin embargo, dichas investigaciones no suelen atender con profundidad la emergencia de estas nuevas formas de práctica que ofertan los centros deportivos municipales.
Así pues, el propósito general de este trabajo es presentar el perfil sociodemográfico y de práctica de los usuarios de los centros deportivos municipales de una capital andaluza, como una muestra del modelo corporal narcisista y reflejo del nuevo sistema físico deportivo que se está configurando en la sociedad posmoderna española. De forma específica, planteamos los siguientes objetivos: 1) analizar el perfil sociodemográfico de los usuarios de los centros deportivos locales en comparación con el perfil del practicante de otros deportes en el territorio español; 2) conocer el grado de práctica de las diferentes actividades ofertadas entre los usuarios en general y en función del sexo; y 3) analizar los resultados desde la visión cultural posmoderna como una muestra de pluralidad y mestizaje del nuevo sistema deportivo local, así como de una posible unificación de los gustos entre hombres y mujeres.
2. MÉTODO
La población estudiada estaba compuesta por los usuarios de las dos instalaciones deportivas municipales de una capital andaluza, un total de 5250 personas. El tamaño de la muestra fue de 727 usuarios, 402 hombres y 325 mujeres, lo cual representa un porcentaje de 55,3% y 44,7% respectivamente. El error muestral fue de ±3,44% a un nivel de confianza de 95,5% (p=q=0,5).
Gráfico 1.- Distribución de la muestra por sexo
Las características de la muestra según la edad pueden verse en el gráfico 2, siendo el grupo más numerosos el compuesto por los encuestados de entre 18 y 29 años, seguido por el grupo que va de los 30 a 44 años.
Gráfico 2.- Distribución de la muestra por grupos de edad
La situación profesional de los usuarios queda expuesta en el gráfico 3. Los trabajadores y estudiantes son los dos grupos más numerosos que componen la muestra.
Gráfico 3.- Distribución de la muestra según su situación profesional
Finalmente, para analizar la situación económica del usuario, preguntamos por los ingresos obtenidos por el total de miembros que residen en el hogar, estando más de la mitad de la misma en unos ingresos entre 1201€ y 2400€ (gráfico 4).
Gráfico 4.- Distribución de la muestra según los ingresos económicos mensuales
El procedimiento de muestreo fue aleatorio con afijación proporcional según el porcentaje de asistencia en las franjas horarias y días de apertura de los centros deportivos. Para este proceso se contabilizó el número de asistencias a los centros deportivos de lunes a domingo y en cada franja horaria determinada para esta investigación (de 7 a 11h./ de 11 a 14h./ de 14 a 16 h./ de 16 a 20h./ de 20 a 23h.). De este modo, se estableció el número de cuestionarios que había que administrar cada uno de los días y en cada hora.
El instrumento de recogida de datos fue un cuestionario diseñado específicamente para esta investigación que incluía las siguientes variables: Sexo, edad, situación profesional, ingresos mensuales de la familia y práctica físico-deportiva realizada.
El trabajo de campo se llevó a cabo durante la tercera semana de febrero de 2007 en dos centros municipales de una capital andaluza. Para la administración del cuestionario se dispuso un lugar con mesas y espacio suficiente en la entrada de los centros deportivos. La selección de entrevistados fue aleatoria dirigiéndonos a uno de cada cuatro usuarios que entraba en el centro, evitando que los entrevistados pertenecieran al mismo grupo o la misma familia y, de este modo, garantizar una mayor variabilidad en la muestra. Una vez seleccionado el usuario, éste procedía a cumplimentar el cuestionario con la supervisión de dos investigadores del proyecto que resolvían las posibles dudas surgidas. El tratamiento de datos fue realizado con el paquete estadístico SPSS 14.
3. RESULTADOS
Los resultados sobre las prácticas físicodeportivas que realizan los encuestados según la oferta disponible en los centros municipales se muestran en el gráfico 5.
Gráfico 5.- Actividades practicadas en los centros deportivos municipales
La actividad más practicada con mucha diferencia es el uso de la Sala de Fitness, como señaló un 70,7% de los encuestados. Entre las actividades señaladas por más del 20% de los encuestados, encontramos: Abdominales (26,3%), Body Pump® (25,2%), Bike (21,2%) y Natación por libre (20,1%). Actividades que señaló más del 10% son el Acondicionamiento Físico (16,5%), Tono (13,8%), Body Combat® (13,2%), Batuka® (13,1%), Aeróbic (12,7%), Step (12,7%), Estiramientos (11,1%) y Pilates® (10,0%).
Si considerados el tipo de actividad física practicada en función del sexo, los datos pueden observarse en el gráfico 6.
Gráfico 6.- Actividades practicadas en los centros deportivos municipales en función del sexo
Son actividades con mayor frecuencia en las mujeres con diferencias estadísticamente significativas: Acondicionamiento Físico (p<.05), Aeróbic (p<.001), Aquagym (p<.001), Batuka® (p<.001), Body Balance® (p<.001), Body Combat® (p<.01), Body Pump® (p<.001), Bike (p<.05), Estilos (p<.01), G.A.P. (p<.001), Pilates® (p<.001), Step (p<.001), y Tono (p<.001).
Entre las actividades con mayor frecuencia en los hombres, con diferencias estadísticamente significativas, encontramos: Bike Extrem (p<.05), Juegos Deportivos (p<.001), Natación adultos (p<.001), Natación por libre (p<.01), Pádel (p<.001), Squash (p<.05), y Sala Fitness (p<.001).
Finalmente, no hay diferencias en función del sexo en: Abdominales y Estiramientos.
4. DISCUSIÓN
El primer objetivo de esta investigación fue comparar el perfil sociodemográfico de los usuarios de los centros deportivos municipales de una capital andaluza con el perfil del practicante en la población española. Para este análisis se consideraron dos variables relativas al estatus económico de los usuarios, además del sexo.
En el caso del sexo, es destacable que existe un alto porcentaje de mujeres entre los usuarios de los centros. Históricamente, la mujer ha presentado siempre en España menores niveles de práctica físico-deportiva que los hombres (García Ferrando, 1991, 1997, 2001, 2006). En este sentido, la irrupción de este tipo de centros cuya oferta es amplia y los horarios flexibles puede ser un factor potenciador de la práctica entre la población femenina.
Considerando la edad, el grupo de entre 18 y 44 años es el que presenta mayor número de usuarios. En su explicación, hay que tener en cuenta que los menores de 18 años, aunque es el grupo de españoles con mayor índice de práctica (García Ferrando, 2006) no suelen acudir a este tipo de centros. Por su parte, los mayores de 60 años constituyen el grupo de edad que menos practican en España (García Ferrando, 2006), por lo que no parece que estos centros hayan supuesto un incentivo para la población mayor. De este modo, el perfil de los usuarios en función de la edad no presenta importantes diferencias con respecto al de practicantes en nuestro país.
El perfil socioeconómico de los usuarios nos muestra que la mayoría son trabajadores en activo, aunque hay un gran porcentaje de estudiantes. Los ingresos mensuales, a pesar de su variabilidad, nos indican que la mayoría se puede situar en la clase social media, existiendo un porcentaje considerable de usuarios con bajos niveles de ingresos. Según los estudios sucesivos sobre hábitos deportivos de los españoles (García Ferrando, 1991, 1997, 2001, 2006), la posición social es una variable determinante en la práctica físico-deportiva. Los españoles de posición social baja son los que menos practican, y los de posición alta los que más. El ajuste de una interesante oferta de actividades y una cuota de inscripción no elevada ha posibilitado la incorporación de un gran número de usuarios con bajos niveles de ingresos a los centros deportivos municipales. De este modo, se confirma la importancia de la intervención pública en materia deportiva a través de medidas que reduzcan las limitaciones de la población de menor nivel socioeconómico.
El análisis del sistema de práctica físico-deportiva ha mostrado que el uso de la Sala de Fitness es la actividad más practicada con gran diferencia respecto a las otras. Esto nos indica que, a pesar de la amplitud de la oferta y la variedad de horarios, más de dos tercios de la población utiliza la Sala de Fitness, bien como complemento de otras actividades, bien como actividad única o principal. En el último estudio nacional, el 6,8% practicaba un grupo de actividades que incluía la musculación, el culturismo y la halterofilia (García Ferrando, 2006). Es importante destacar que es la primera vez que aparece este tipo de actividades en la Encuesta Nacional de Hábitos Deportivos. De hecho en los estudios en Andalucía (Otero, 2000, 2004) no están incluidas entre las de mayor número de participantes.
Con respecto al resto de actividades ofertadas no podemos establecer comparaciones pues las encuestas que venimos analizando sólo incluyen el aeróbic y la gimnasia de mantenimiento. En España, encontramos un 11,7% de practicantes de aeróbic/rítmica/expresión corporal/gymjazz/danza/step/pilates, etc., por un 14% de practicantes de gimnasia de mantenimiento en centros deportivos (García Ferrando, 2006). Por su parte, en Andalucía el 11,7% practica aeróbic y el 18% gimnasia mantenimiento (Otero, 2004). Sin embargo, como ya advertimos en la introducción, otras actividades emergentes en el panorama de los centros deportivos no son tratadas.
En el análisis de las nuevas prácticas desde la óptica cultural posmoderna, nos centramos ahora en algunas que son especialmente atractivas y que, en nuestro estudio, son de las que más dicen realizar los encuestados: el Body Pump® y el Bike. El Body Pump®, original de Nueva Zelanda, es una actividad impartida por monitores que consiste en ejercitarse con pesas siguiendo una serie de coreografías, de tal modo que cada grupo muscular es trabajado según el ritmo de diferentes temas musicales. El Bike, Spinning o Ciclismo Indoor, es un programa de ejercicios igualmente dirigidos por monitores especializados, utilizando una bicicleta fija. Así, a través del pedaleo al ritmo de la música, entrenas tu capacidad cardiovascular. Son buenos ejemplos del impacto de las nuevas modalidades deportivas procedentes de países como Australia, Nueva Zelanda o Estados Unidos, auténticas cunas del fitness. Gracias a la estandarización de sus características, permiten una práctica en un entorno controlado y eficazmente enfocada a la mejora de la salud, si bien su éxito se basa también en su atractivo estético. Su práctica está asociada a iconos, materiales y una cierta forma de estética que se relaciona con el binomio fitness y apariencia física, de acuerdo con el modelo corporal narcisista (Olivera y Olivera, 1995), una tendencia a la alza en nuestro país (Álvarez y López, 1999; Pavón et al., 2003, 2004).
Un segundo elemento de la condición cultural posmoderna que nos sirve de análisis de las prácticas en los centros deportivos municipales es el pluralismo y el mestizaje. La gran oferta y la diversidad de actividades novedosas son muestras de esta pluralidad cultural que favorece la individualización y la personalización del consumo (Águila, 2007). Por otro lado, el mestizaje como fusión de distintas tendencias culturales en contra del estilo único estándar modernista (Jameson, 1991), es parte de la propia naturaleza de muchas de las prácticas. Con la música y la coreografía como bases de las actividades dirigidas, el Bike propone un ejercicio en bicicleta, el Body Pump® utiliza pesas y barras, y el Body Pump® técnicas de combate.
El análisis cultural de las prácticas debe ser completado con la revisión de las diferencias en función del sexo. Como planteamos en la introducción, la condición posmoderna propone la individualización y la asociación en términos de afinidades culturales como elementos explicativos de los estilos de vida. Autores como Roberts (1997) o Rojek (1997) argumentan que el género cada vez es menos relevante para describir las prácticas de ocio de la población. Sin embargo, nuestros resultados contradicen tales argumentos. Desde un punto de vista general, podemos destacar que en casi todas las actividades dirigidas ofertadas existe un mayor porcentaje de participantes del sexo femenino, lo que parece indicar que existe un mayor ajuste de este tipo de actividades a los deseos y motivaciones de las mujeres. No obstante, en las actividades dirigidas de Estiramientos, Abdominales, Juegos Deportivos, Natación para adultos y Bike Extrem se muestra un mayor porcentaje de hombres entre sus practicantes. Además de estas actividades con monitor, observamos que en las actividades practicadas por libre como Pádel, Squash, Natación por libre y Sala de Fitness, también son actividades con mayor porcentaje de hombres que de mujeres.
De este modo, encontramos diferencias importantes en los gustos y elecciones de hombres y mujeres. Son actividades con una gran mayoría de mujeres: Aeróbic (el 93,4% son mujeres), Batuka® (el 97,6%), Tono (el 87,0%) y Estilos (el 85,7%). Desde una visión de conjunto, se trata de prácticas con mayor componente expresivo y rítmico, preferencias que aún mantienen las mujeres (Macías y Moya, 2002). Por su parte, son actividades con mayor número de hombres: Juegos Deportivos (un 91,7% son hombres), Natación para adultos (81,4%) y por libre (64,6%) y Abdominales (57,6%), entre las actividades dirigidas. Asimismo, Squash, con un 89,9% y Pádel, con un 91,4%, son actividades casi exclusivamente practicadas por los hombres. El uso libre de la Sala de Fitness también presenta un mayor porcentaje de hombres (61,5%) que de mujeres. En este caso, podemos destacar que la naturaleza de estas actividades es más agonística, competitiva y de potencia muscular, gustos asociados a los intereses de los hombres en el deporte (Macías y Moya, 2002).
Así pues, constatamos que a pesar del carácter novedoso de las prácticas ofertadas por los centros deportivos municipales, se siguen manteniendo diferencias entre hombres y mujeres. Si bien es cierto que cada vez un mayor número de hombres se acerca a actividades con carácter rítmico y musical, aún predominan las actividades con mayor carga competitiva y esfuerzo físico (Macías y Moya, 2002).
5. CONCLUSIONES
Los resultados aquí presentados son una muestra del impacto de las nuevas tendencias físicodeportivas en los estilos de vida de los españoles. Dado su paulatino aumento y su incursión definitiva en el mercado físico-deportivo parece imprescindible llevar a cabo más estudios de cara a comprender en mayor profundidad las transformaciones y las novedades en la práctica, especialmente en el ámbito nacional.
El análisis desde la condición posmoderna nos ha mostrado que la pluralidad y la variedad como valores culturales se refleja en una oferta amplia y diversificada, que favorece la elección del usuario según sus propias posibilidades. Sin embargo, las claras diferencias en función del sexo contradicen la supuesta tendencia a la unificación de gustos como indicador de lo posmoderno.
De este modo, creemos fundamental realizar más estudios socioculturales sobre las nuevas prácticas, identificar qué marcadores pueden considerarse posmodernos y cuáles modernos, así como atender el significado que los practicantes le otorgan en contraste con el modo en que son desarrolladas, cuya organización es estructurada y burocratizada.
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