PHYSICAL EDUCATION AND MEDICINE: A SHARED AND SYMBIOTIC HISTORY

EDUCACIÓN FÍSICA Y MEDICINA: UNA HISTORIA COMPARTIDA Y SIMBIÓTICA

Martínez Gorroño, M.E.*

* DOCTORA EN HISTORIA. Profesora de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. E-mail: eugenia.martinez@uam.es

Martínez Gorroño, M.E. (2003). Educación Física y Medicina: Una historia compartida y simbiótica. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 3 (9) pp. 30-48

RESUMEN

La Educación Física y la Medicina han recorrido caminos paralelos durante diferentes momentos de la historia de la civilización. Ambas disciplinas tienen raíces comunes en las figuras de Hipócrates y Galeno en la Grecia y Roma clásicas, y su vinculación permanece, en nuestro país, hasta la aparición de los primeros estudios de tipo universitario relacionados con la Formación de los Maestros, en la época de la II República. La confluencia de estas disciplinas obedece, entre otros aspectos, a que comparten ciertas funciones comunes. Manuel Usano, Médico y Profesor de Educación Física español personificó especialmente esta vinculación. Él llegó a Colombia en 1940 como exiliado a consecuencia de la guerra civil de 1936-1939, y fue, como otros españoles, ubicado por el gobierno liberal en la enseñanza. Su especial cualificación hizo que se le designara para la organización y estructuración del Instituto Nacional de Educación Física dentro de la Escuela Normal Superior de Bogotá. Supone aquel la primera organización que en el país expidió títulos con rango superior y universitario a los profesores de Educación Física. La labor de Manuel Usano para la educación y el deporte de Colombia fue muy importante y de gran trascendencia. Por su especial contribución como Director Técnico de los V Juegos Centroamericanos y del Caribe se le otorgó la Medalla de Oro de la ciudad de Barranquilla en 1946.

PALABRAS CLAVE: Historia de la Educación Física, Historia del Deporte, Colombia, España, Manuel Usano Martín, Exiliados españoles en Colombia. Escuela Normal Superior de Bogotá

ABSTRACT:

The Physical Education and the Medicine have traveled parallel roads during different moments of the history of the civilization. Both disciplines have common roots in the figures of Hipócrates and Galeno in classics Greece and Rome, and their linking remains, in our country, until the appearance of the first studies of university type related with the Formation of the Teachers, in the time of the II Republic. The confluence of these disciplines obeys, among other aspects, to that they share certain common functions. Manuel Usano, Doctor and Spanish Professor of Physical Education personified this linking especially. He arrived in Colombia in 1940 as an exile as a consequence of the civil war of 1936-1939, and it was, as other Spaniards, located by the liberal government in the teaching. From 1934 onwards the Liberal Party in Colombia began a process of renovations and governmental impulses with the intention of industrializing and modernizing the country. It carried out a thorough reform of the education system. As a consequence of de collapse of the Second Republic, several Spanish exiles were selected to be settled in Colombia. Among these figured Manuel Usano Martín, to whom the Liberal government entrusted the organization and setup of the National Institute of Physical Education within the Normal Higher School of Bogotá. It become the first organization in the country to award higher degrees at university level to teachers of Physical Education. The work of Manuel Usano for education and sport in Colombia was very important and greatly outstanding. In 1946 he was presented with the Gold Medal of the city of Barranquilla for his special contribution as Technical Director of the Fifth Central American and Carribean Games.

KEYWORDS: The History of Physical Education, The History of Sport, Colombia, Spain, Manuel Usano Martín, Spanish Exilen in Colombia, Normal Higher School of Bogotá.

INTRODUCCIÓN

La Educación Física y la medicina han compartido trayectorias y han recorrido caminos paralelos durante diferentes momentos históricos. La vinculación de ambas áreas, en su orientación hacia la salud y el desarrollo anatómico-funcional de los individuos, ha estado jalonada a lo largo de la historia de la humanidad por diferentes aportaciones del grupo de los médicos al estudio y comprensión de la práctica de la actividad física y sus repercusiones sobre el organismo sano y enfermo. Igualmente el ejercicio físico y el deporte han supuesto y suponen recursos y métodos valiosos utilizados por los profesionales de la medicina que han sido y son la base de terapias diversas y valiosas, utilizadas en todos los tiempos por las ciencias de la salud.

El estudio histórico de las sociedades nos ha dejado muestras de la interrelación entre ambas áreas en figuras tan emblemáticas de la antigua Grecia como Hipócrates, quien en sus tratados médicos reconoció y asignó al ejercicio físico una función higiénica o de salud, con carácter preventivo y terapéutico que recogía la tradición y las enseñanzas de sus maestros entre los que encontraba Heredoco de Lentini quien recomendaba el ejercicio, las marchas y paseos a grandes distancias, como medios para librar al organismo de humores perjudiciales (Palacios (1979:15). Igualmente Galeno, médico de varios emperadores romanos, en su IV Tratado de medicina, clasificó por vez primera los diversos tipos de ¿gimnástica? que observó como: ¿Gimnasia Médica?, ¿Gimnasia Atlética? o ¿Gimnasia Militar?. Esta primera diferenciación galénica nos marca el origen común y el inicio de la diferenciación que posteriormente se desarrolló a través de los siglos en el debatir humano por el descubrimiento y discernimiento del saber y el conocimiento, y que han configurado las dos áreas que nuestra cultura diferencia: las Ciencias de la Salud y las Ciencias de la Actividad Física. Por su tronco y función parcial común, se han interrelacionado a lo largo de la historia en el debatir y búsqueda del conocimiento de las diferentes culturas y épocas.

Esta histórica presencia médica en el ámbito de la Educación Física y el Deporte ha orientado una determinada concepción de esta disciplina y su propia función de salud que se utiliza con gran profusión en nuestra cultura, estando presente tanto en la Educación Física escolar, como en un contexto social más amplio. Los propios Planes de Estudios de diferentes instituciones de formación de los profesionales de la Educación Físico-deportiva reflejan esta influencia de la Medicina, como sucede por ejemplo, en algunas universidades belgas, donde el propio Instituto Superior de Educación Física se encuentra ubicado dentro de la Facultad de Medicina. En España, también se produjo tiempo atrás esta coincidencia académica, cuando el Gobierno de la II República creó la Escuela de Educación Física dentro de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid.

En este artículo tratamos de exponer la trayectoria de Manuel Usano Martín, Médico y Profesor de Educación Física, que , después de contribuir como docente e investigador a la Medicina y a la Educación Física españolas, debido a los avatares del destino y se vio abocado al exilio como consecuencia de la Guerra Civil de 1936-39. El paralelismo y la simbiosis entre la Educación Física y la Medicina se aprecian de forma singular en este español que contribuyó decisivamente al reconocimiento y ubicación universitaria de los estudios de Educación Física en Colombia, combinando los saberes de ambos campos en un Plan de Estudios, que trató de equilibrar la presencia de la medicina con una base pedagógica que recogía la esencia y el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza española.

Con el objeto de comprender mejor el contexto y la aportación de este español a la Historia de la Educación Físico-deportiva, es necesario realizar una aproximación a la Historia de Colombia en los años en los que recibió a los exiliados españoles que llegaron como consecuencia de la guerra civil.

LA EDUCACIÓN Y LA POLÍTICA LIBERAL COLOMBIANA EN LOS AÑOS 30

La circunstancia de Colombia en la década de los 30 se debatió en torno a importantes impulsos políticos y democráticos. El Partido Liberal pretendía emprender una significativa reforma que iniciara la industrialización y modernización del país. Este grupo político, después de casi cincuenta años en la oposición se encontraba al frente del gobierno. Sus dirigentes manifestaban públicamente que el país carecía de los profesionales de alta cualificación que se estaban precisando para poner en marcha nuevas instituciones que confirieran impulso a la ciencia, la industria y la cultura de Colombia.

En este contexto, el propio Presidente, el liberal Alfonso López Pumarejo al iniciar el gobierno que él mismo denominó como “La Revolución en marcha“, en su discurso de toma de posesión en 1934, hacía pública su preocupación por la carencia de personal docente, en estos términos:

“No tenemos verdaderos maestros en la enseñanza primaria y secundaria… El estado no se ocupa de dotar al país de instituciones que sepan lo que enseñan y lo sepan enseñar. Nuestras universidades son escuelas académicas.. La situación nos obliga a buscar en profesionales extranjeros lo que los maestros nacionales no pueden ofrecer para el progreso material y científico de la nación” (Jaramillo Uribe,1989:81).

 

En esta tesitura los gobiernos liberales comenzaron a acoger e invitar a ciertos intelectuales y miembros de la elite cultural española que iniciaban su salida de España con motivo de la guerra civil.

Concluida la guerra y como consecuencia de su apoyo a la II República, gran número de españoles, que habían pasado la frontera, se encontraban en Francia buscando una ubicación americana para reorientar su vida. Entre el grupo de españoles que presionados por los prolegómenos de la guerra mundial establecieron contactos con otros compatriotas que ya se encontraban en tierras americanas, se encontraba Manuel Usano Martín. Él y su familia se mantuvieron en espera, primero en Burdeos y luego en Toulouse, de los visados que su amigo el Dr. Puche gestionaba para poder viajar a Méjico. Pero los azares políticos propiciaron la llegada en primer lugar de la documentación que desde Bogotá le facilitó José María Ots Capdequí, importante historiador del Derecho Indiano que también fuera su compañero en la Universidad de Valencia, y que ya se encontraba en el exilio en Colombia, invitado por el Presidente Eduardo Santos.

Con Manuel Usano llegó a Colombia un médico que había visto truncado por escasas fechas su doctorado en España. Su título de Licenciado en Medicina no le habilitó en el país para ejercer como médico, por lo que buscó entre sus recursos profesionales, aquellos que pudieran servirle para proporcionar a su familia y a él mismo el modus vivendi, y como consecuencia realizó una labor trascendental para la Educación Física y el Deporte de Colombia.

Para poder entender esta circunstancia debemos conocer la trayectoria en nuestro país de MANUEL USANO MARTÍN y así explicar cómo pudo llegar a producirse este cúmulo de circunstancias que se confabularon en beneficio de la Educación Física y el Deporte de Colombia.

Manuel Usano nació en Arévalo (Ávila) el 26 de febrero de 1909. Entre 1926 y 1932 llevó a cabo los estudios de Licenciatura en Medicina y Cirugía en la Universidad de Valencia, y en aquella misma capital desde el 5 de julio de 1934 había sido admitido como colegiado nº 2342 en el Colegio de Médicos.

En aquella universidad y con motivo de sus proyectos para introducirse como profesor universitario, había continuado sus estudios para doctorarse y había realizado el examen de Grado en 1932 con calificación de sobresaliente. Desde 1930 y hasta 1934 fue Alumno-Interno y Médico-Interno del Hospital Clínico de la Facultad de Medicina de la citada capital levantina.

Manuel Usano fue durante toda su juventud un gran aficionado al deporte y un deportista en varias especialidades atléticas. Múltiples fotografías de su álbum familiar lo testimonian. A través de varios de sus “currículum vitae” elaborados con fines académicos y laborales, encontrados en su archivo personal, sabemos que entre 1928 y 1935 fue Director del Comité Deportivo de la Universidad de Valencia, desde cuyo cargo organizó el deporte universitario. Sobre la labor innovadora y las investigaciones realizadas por Manuel Usano en esta especialidad encontramos en su archivo que la Universidad de Valencia le solicitó un proyecto que llevó a cabo en 1933 bajo el título:”Un tipo de campo de deportes moderno“.

También fue Presidente de las Federaciones de Atletismo, Natación y Rugby de Valencia en diversos períodos y campeón universitario en varias ocasiones, de decatlón, atletismo, fútbol y rugby. 

Obtuvo el título de Profesor de Educación Física en la Universidad de Madrid en 1932 y fue fundador del Instituto Escuela de Valencia, en el que posteriormente impartió clases de Educación Física. Debió participar o estar muy próximo a la creación de la Escuela Nacional de Educación Física creada en torno a las inquietudes de la Institución Libre de Enseñanza a la que Manuel Usano era próximo y afín. Esta escuela se integró en la Universidad de Madrid, circunstancia, la de su inclusión en la estructura universitaria, que ocurría por primera vez en nuestro país[1], dependiendo de la Facultad de Medicina y de la sección de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras, medida gubernamental que se hizo pública en la Gaceta de Madrid, del jueves 14 de diciembre de 1933, nº 348. 

Concluidos sus estudios como Licenciado en Medicina y en posesión del título de Profesor de Educación Física, Manuel Usano por su exitosa trayectoria académica fue becado por la Junta de Ampliación de Estudios en mayo de 1933 durante un año para realizar estudios en Alemania sobre Fisiología del Deporte y del Trabajo. Durante ese tiempo cursó estudios en la Escuela Superior de Educación Física de Alemania, en Berlín (Deutsche Hochschule für Leibesübungen). Asistió al curso anual de especialización médico-deportiva organizado por la Dutsche Sportärztebund, que superó con éxito, obteniendo el certificado como Sportarzt (Médico Deportivo).

Por la orientación profesional y especialización con que Manuel Usano iba encauzando su trayectoria se propiciaron circunstancias como la de que fuera el Delegado Oficial de España en el Primer Congreso Internacional de Medicina del Deporte, que se celebró en 1933 en Turín y Roma (Italia). Como contribución a este congreso presentó el trabajo que tituló “Ficha fisiológica y de orientación deportiva“, que fue publicado en Atti del Congreso Internazionale de Medicina dello Sport.

Entre 1932 y 1939 fue Profesor Especial de Educación Física, por concurso, del Instituto Escuela de Valencia.

Este trabajo le simultaneó con el de Profesor Ayudante de clases prácticas de las Cátedras de Bioquímica y Fisiología en la Facultad de Medicina de Valencia. Durante el curso 1934-35 impartió la asignatura de Bioquímica y Fisiología general en la citada Facultad de Medicina.

Durante el período 1932-1939 fue Médico-Jefe del Departamento de Fisiología del Deporte y Biometría deportiva de la Universidad de Valencia. Fruto de su trabajo e investigaciones durante esta etapa fueron varias publicaciones en las que aparece como coautor con el Dr. Puche en Crónica Médica de Valencia: “Investigaciones sobre el metabolismo gaseoso. Contribución al estudio del índice metabólico del sujeto normal de la región valenciana”(1935), “Estudios sobre el metabolismo de los glúcidos. Influencia de la insulina y glucosa sobre el metabolismo gaseoso y cociente respiratorio en sujetos sanos y en diabéticos” (1935); “Estudios sobre fisiología del ejercicio muscular. Modificaciones del metabolismo gaseoso, consecutivamente a la ingestión de glucosa y ejercicio” (1937); “Estudios sobre fisiología del ejercicio muscular. Modificaciones del metabolismo por el ejercicio” (1936). Además y ya como autor único publica una serie de 16 artículos de divulgación científica en torno a “Medicina del deporte” en la revista de Barcelona Mundo Deportivo durante 1936.

Durante varios meses en 1938, trabajó en el Instituto Nacional de Higiene de la Alimentación de Madrid, sobre problemas nutritivos de la población civil.

En el período comprendido entre 1931-1939 realizó su especialización científica hacia la Fisiología, en su aplicación al trabajo, alimentación y ejercicio físico, bajo la dirección del Dr. José Puche Álvarez, Catedrático de Fisiología y Bioquímica de la Facultad Medicina de Valencia. Cuando estuvo como Profesor Ayudante de Cátedra de Fisiología con el Dr. Puche, realizó su tesis doctoral, que presentó en torno a las fechas en que surgió la contienda civil. Sobre ello nos contaba su esposa:

“Cuando estalló la guerra había presentado la tesis para el título de doctorado, aunque él ya estaba en la Facultad de Medicina de ayudante del Dr. Puche en Valencia, Profesor Ayudante de Cátedra de Fisiología, entonces entre tanto estuvo preparando la tesis y la presentó cuando estalló la guerra. Se debió quedar por ahí en algún archivo de algún centro”.[2]

A través de su archivo personal hemos podido conocer que la Tesis Doctoral de Manuel Usano versaba en torno a “Tipos de reposición del corazón en relación con el ejercicio muscular”.

Manuel Usano participó en los servicios de sanidad durante la guerra, siendo Médico del Batallón Juan Arco, agregado al 13 Batallón de las Brigadas Internacionales y Jefe de Sanidad de las Brigadas Internacionales con Categoría de Mayor.

Finalizada la guerra, ya en Francia y entre 1939 y 1940 trabajó en el Instituto de Educación Física de la Universidad de Toulouse (Francia), sobre Fisiología del Deporte, colaborando con el Profesor de Fisiología de la Facultad de Medicina y Director del Instituto, Profesor Camil Soula. A pesar de su breve estancia en esta ciudad el interés de su trabajo motivo que en ese mismo año la Universidad de Toulouse publicara su trabajo “Fiche physiologique type“.

 

Como consecuencia de las gestiones que Antonio Trías Pujol, médico español que ya se encontraba en el exilio en Bogotá y el ya mencionado, José María Ots Capdequí realizaron, el gobierno de Eduardo Santos envió un salvoconducto por el cual autorizaba a su Consulado en París para dar el visado de entrada en Colombia a Manuel Usano Martín y su familia.

Así con ayuda del S.E.R.E. embarcaron en Marsella rumbo a América, con la esperanza de reencauzar sus vidas personales y familiares. Para ello portaban un potencial profesional de gran interés. Manuel Usano contaba en 1940 con 31 años y un currículum que avalaba una futura trayectoria profesional cargada de potencialidades positivas, allí donde las circunstancias políticas le hicieran llegar.

LA UBICACIÓN PROFESIONAL Y EL TRABAJO DE MANUEL USANO MARTÍN EN COLOMBIA. UNA APORTACIÓN FUNDAMENTAL A LA EDUCACIÓN FÍSICA Y EL DEPORTE DEL PAÍS

La familia Usano llegó a Colombia el 22 de junio de 1940 instalándose en Bogotá. Mientras buscaba un trabajo más estable, Manuel Usano estuvo un tiempo de ayudante en el consultorio que compartían el español Antonio Trías Pujol y su ex-alumno colombiano Guillermo Ferré. En este consultorio Trías ejercía la especialidad de traumatología y Manuel Usano comenzó a dar masajes, poner inyecciones, etc.

El antiguo tratado de convalidación de títulos existente entre Colombia y España, había propiciado la llegada de algunos médicos españoles, que saliendo de nuestro país como consecuencia del resultado de la contienda civil de 1936-1939 deseaban alejarse de las rencillas políticas entre los partidos republicanos que presumían reproducirse entre el numeroso contingente de asilados acogidos en Méjico.

La llegada de prestigiosos doctores como Antonio Trías Pujol o Carlos Zozaya, invitados y acogidos por el gobierno de Eduardo Santos, suscitó ciertos recelos entre el grupo profesional colombiano, que albergaba quizás el temor de que el número de miembros de la competencia española pudiera irse incrementando. Como consecuencia se suscitó un importante debate en cuanto a la convalidación de títulos, y solamente los médicos anteriormente citados, Trías y Zozaya, consiguieron la convalidación del título que les permitió trabajar legalmente en la medicina en Colombia.

Ante la imposibilidad pues de obtener la convalidación de su título y no poder por tanto ejercer legalmente la medicina en el país, Manuel Usano Martín encauzó su trayectoria profesional en torno a la Educación Física, aspecto profesional que, como hemos podido ver a través de su currículum, era una especialidad a la que también había dedicado en España esfuerzos académicos, docentes e investigadores y sobre la que poseía una experiencia importante.

En esta área y como consecuencia de la carencia de docentes que padecía Colombia, no le fueron puestas trabas importantes para desarrollar un trabajo especializado y encontró fácilmente ubicación laboral. Consiguió un trabajo como Profesor en el Instituto Nacional de Educación Física de Colombia (Bogotá). El 14 de agosto de 1940 comenzó la impartición de clases en este centro docente, donde prestó servicios como Profesor de Fisiología, Kinesioterapia, Biometría y Atletismo, además de ser nombrado Jefe de los Laboratorios de Investigación y prácticas. 

Este primer pasó le incentivó a buscar en torno a la misma especialidad, la búsqueda de ingresos que complementaran los siempre escasos que reportaba la enseñanza, y así Manuel Usano empezó a encontrar profesionalmente un espacio en que podía reencauzar su vida y aportar al país su experiencia y buen hacer. Igualmente el trabajo que iba realizando le fue abriendo camino, puesto que iban siendo conocidas dentro de la especialidad la cualificación y la experiencia que en este campo Usano podía suponer para el impulso y desarrollo que en Colombia estaba precisando el área.

Así en 1941 fue nombrado Director Técnico del equipo atlético de Cundinamarca[3] en los V Juegos Atléticos Nacionales de Colombia en los que el equipo resultó vencedor y ese mismo año fue designado Director de Educación Física y Deportes de la Escuela Militar de Cadetes de Colombia, cargo que simultaneó con su trabajo en el Instituto de Educación Física hasta 1942.

Con su incorporación en 1940 al Instituto Nacional de Educación Física, se introdujo en el único centro colombiano que había intentado en el país la impartición de una docencia con respaldo estatal en la especialidad de Educación Física. Este Instituto había sido creado por iniciativa del gobierno liberal de Alfonso López Pumarejo en 1936. Su creación fue fruto de la contratación, mediada la década de los treinta, del profesor chileno Candelario Sepúlveda Lafuente, en uno de los intentos del gobierno de la “Revolución en Marcha” por cubrir las deficiencias que en el entorno educativo colombiano se observaban.

Tanto la creación de este Instituto Nacional de Educación Física colombiano como su escaso discurrir posterior parece que estuvieron cargados de dificultades y en las fechas de incorporación de Manuel Usano a sus aulas mantenía a duras penas su existencia. Todo ello y con toda probabilidad a consecuencia de la falta de profesores debidamente cualificados que pudieran ofrecer prestigio y enseñanza de calidad (podemos observar la cantidad de materias que nada más producirse su incorporación al centro le fueron adjudicadas a Manuel Usano: Fisiología, Kinesioterapia, Biométrica y Atletismo, además de ser nombrado Jefe de los Laboratorios de Investigación y Prácticas). Este Instituto impartía, según Contecha Carrillo (1999), estudios de dos años de duración y entre sus funciones estaba la de formar profesores de Educación Física, así como entrenadores, instructores, masajistas, administradores de plazas de deportes; sin que sepamos si ello implicaba cursar diferentes currícula o conllevaban la expedición de títulos distintos y tiempos de estudios diferentes.

Este primer paso en la Educación Física de Manuel Usano Martín, debió suponer el descubrimiento, para las autoridades educativas colombianas, del potencial que en el campo de la Educación Física del país podía suponer este español llegado como consecuencia del exilio.

Teniendo en cuenta las formas en que las autoridades liberales enfrentaron el inicio de otras especialidades en aquellos años, observamos que la circunstancia profesional de Manuel Usano en Colombia ofrece un paralelismo muy similar a la de otros asilados españoles llegados a Colombia, que como él ofrecían al país una preparación profesional y una experiencia importante en diferentes campos que aún estaban por desarrollar.

La alta cualificación de los primeros españoles exiliados acogidos por Colombia, suscitó gran interés entre el grupo liberal que, con el Presidente Eduardo Santos a la cabeza, empezó a verles como una posible base en la creación de entidades y organismos que el país estaba precisando para la puesta en marcha de las renovaciones e innovaciones que el gobierno de López había iniciado unos años antes. Los españoles que iban siendo acogidos empezaron a tener una especial ubicación profesional, entre otras hacia la reforma de la enseñanza y la puesta en marcha de la Universidad Nacional, que durante la legislatura correspondiente al Presidente López, por Ley 68 de 1935, se le había otorgado personería jurídica y se empezó a constituir en facultades.

La alternativa que se vislumbraba en cuanto a la posibilidad de llegada al país de exiliados procedentes de España y Europa, comenzaba a extenderse aún más entre los políticos liberales que participaban en el gobierno y que iban superando los temores que albergaban en cuanto a las ideologías izquierdistas de la que aquellos parecían portadores y representantes. Un grupo más amplio del sector liberal pareció convencerse de los resultados de las posturas de acogida selectiva que inició López e incrementaba Santos, quien hacía propaganda desde su diario “El Tiempo” de la elevada categoría profesional, cultural y científica de los exiliados que iban siendo acogidos. Por otra parte, la labor de varios exiliados muy cualificados llegados en la etapa presidencial del López ya ofrecía ciertos frutos de gran interés para Colombia.[4]

Podemos citar en este punto como especialmente significativas las opiniones de Darío Echandía [5]que reflejaban la opinión de un gran número de los políticos liberales de aquel momento, recogidas por Arizmendi Posada (1989:242):

“El paso revolucionario que nosotros podríamos dar hacia la creación de una vida más alta, sería la importación de millares y millares de hombres, que sabiendo un oficio, se quedaran sin oficio en Europa. Las leyes de inmigración se pondrían entonces en vigencia en Colombia y así se formará una sociedad mejor, después del paso de una generación”.

A la Universidad Nacional que se estaba organizando en aquellas fechas, se fue incorporando como profesores a un gran número de exiliados españoles que contribuyeron a la elaboración de planes de estudios, creación de nuevas facultades, puesta en marcha de múltiples departamentos universitarios, etc. 

En esta misma línea observamos, estudiando el caso de Manuel Usano, que con respecto la Educación Física los políticos liberales actuaron de forma similar a como ya lo habían hecho en otras especialidades creando y promoviendo instituciones en base al “material humano” que el azar de las circunstancias políticas ponía a su disposición. Así, por ejemplo, el Servicio Geológico Nacional fue promovido de forma inmediata a la llegada del insigne geólogo y paleontólogo español José Royo y Gómez que fue su fundador, siendo nombrado para ello Geólogo-Paleontólogo de este organismo en la misma fecha en que legalmente se creó. La sección de Psicotecnia dentro de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional se concibió en base a la Psicóloga y Psicopedagoga Mercedes Rodrigo Bellido que con su trabajo se convirtió muy pronto en Instituto de Psicología Aplicada que dio al país los primeros psicólogos formados en la Universidad colombiana.

De forma similar en 1942 fue clausurado por el gobierno el Instituto Nacional de Educación Física y por decreto 166 de 1942 se creó dentro de la Escuela Normal Superior la Sección de Educación Física, cuya dirección se le otorgó a Manuel Usano Martín.

La Escuela Normal Superior había surgido como consecuencia de la transformación liberal realizada a la Facultad de Educación creada durante el gobierno de Enrique Olaya (1931-1934), para poder organizar más fácilmente su estructura y funcionamiento el gobierno de López además había trasladado su control directo al Ministerio de Educación Nacional.

La Escuela Normal Superior fue un gran empeño liberal con el fin de formular una nueva política que pretendía la formación progresista de profesores para la educación secundaria, como motor e impulso en la reforma y modernización del país. En ella trabajaron como profesores importantes políticos liberales, e incluso varios ministros de educación, como Germán Arciniegas o Darío Echandía, que aportando incluso su esfuerzo personal, y conociendo la deficiencia de profesorado cualificado, éste último llegó a impartir sus clases simultáneamente a su desempeño del cargo de ministro.

Al Claustro de Profesores de la Escuela Normal Superior se incorporó a un número importante de exiliados españoles: Francisco de Abrisqueta, Luis de Zulueta, María Rodrigo, Mercedes Rodrigo, Francisco Vera, José Prat, Manuel Usano, José de Recasens, Francisco Cirre, Pedro Urbano González de la Calle, Pablo Vila, José María Ots Capdequí, Rafael Ureña, etc.

Como resumen para este artículo, podemos apuntar que los republicanos españoles tuvieron un importante papel en cuanto a la reforma educativa que los gobiernos liberales llevaron a cabo en Colombia, en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria. Su influencia no se redujo tan solo a formar parte muy importante, numéricamente hablando de instituciones claves para la reforma, sino en su participación en la elaboración de planes de estudios, desarrollo de reformas, creación de instituciones, etc.

Clausurado el Instituto Nacional de Educación Física, se pidió a Manuel Usano que dentro de la Escuela Normal Superior llevara a cabo la organización de un Instituto Nacional de Educación Física como una Sección anexa a ella. Se le encargaba que, dentro de la estructura que esta institución preveía, e incorporando la organización básica con que contaba el anterior Instituto, en el que Manuel Usano ya había empezado a ser parte fundamental, llevara a cabo la organización de una entidad con una disposición, nivel, idoneidad y rigor precisos para ser parte integrante de la estructura universitaria que implicaba la Escuela Normal Superior de Bogotá. 

Manuel Usano cumplió con la labor de organización del Instituto Nacional de Educación Física que formaría los primeros docentes universitarios de la especialidad en el país, estructurando estos estudios superiores en cuatro años lectivos, en los que se impartieron, según se recoge en la obra de Socarras (1987:36) las materias: Física, Anatomía, Fisiología, Biometría, Higiene, Historia de la Educación Física, Gimnasia Sueca, Gimnasia con aparatos y rítmica, Danzas, Atletismo, Deportes, Natación, Juegos Pedagógicos, Defensa Personal, Traumatología, Metodología de la Enseñanza, Material Didáctico, Organización.

Manuel Usano se encargó de organizar y estructurar todos los planteamientos y todos aspectos que fueron precisos para poner en marcha, tanto a nivel de organización académica, como de estructura, Plan de Estudios, etc. puesto que bajo su responsabilidad fue puesta la dirección de la nueva sección en la que se encuadraba.

Después de realizar todas las labores de planeación y organización del Instituto, fue puesto al frente del mismo, desempeñando su Dirección desde su creación en 1942, hasta 1946. Su labor en este capítulo fue realmente pionera. Supuso elevar a rango de Facultad Universitaria los estudios de Profesorado de Educación Física, según se hizo después de muchos años en diversos países de Europa y en España comenzando la década de los ochenta.

Para la organización de este Instituto Superior de Educación Física anexo a la Escuela Normal Superior Manuel Usano resultaba una aportación idónea, puesto que, como hemos visto, ya había tomado parte activa y había sido copartícipe en la creación en nuestro país, de la primera Escuela Nacional de Educación Física integrada en la universidad española.

Quizás en esta circunstancia habría que destacar el aspecto que en otros puntos también ha sido mencionado, con respecto a que muchas de las instituciones que se fueron creando con las reformas liberales en Colombia, estuvieron motivadas o estimuladas por el reconocimiento de que determinados profesionales llegados a consecuencia de las circunstancias europeas, podían ser “aprovechados”, por sus condiciones y experiencias, como motor de las mismas, para llenar lagunas que el país tenía en aquellos años. Cabe por tanto destacar esta labor de Manuel Usano en Colombia, como iniciativa única y pionera, promovida en base a sus características profesionales, y que tuvo una trascendencia de gran importancia para el posterior desarrollo de los estudios de Educación Física en Colombia, y que suponían la primera organización de estudios superiores universitarios en el país.

Todo este trabajo de Manuel Usano comenzó a labrarle en Colombia un prestigio importante en los ámbitos de la Educación Física y los deportes y su participación empezó a ser apreciada y valorada debidamente por su gran preparación en estas especialidades, su elevada cualificación, su laboriosidad y su integridad moral. Y así veremos discurrir en su currículum un importante número de puestos de responsabilidad para los que fue requerido cada vez con más frecuencia.

En efecto, como podemos observar a través de los datos que ofrecemos a continuación, su contribución no se limitó a la formación de los profesionales de la Educación Física y el Deporte.

Entre 1941 y 1944 fue Presidente de la Liga de Atletismo del Departamento de Cundinamarca. En 1942 fue fundador del Club Atlético Escolar. Durante dos años trabajó como Director Técnico del citado club, período en el que se consiguieron importantes triunfos y en el que se erigió como campeón del Departamento.

En 1945 fue nombrado Director de Deportes de la Universidad Nacional. Este trabajo implicaba numerosas y variadas tareas de responsabilidad. De su actividad dependía la organización de todo tipo de equipos deportivos: atletismo, fútbol, baloncesto, etc. Con su trabajo y su iniciativa personal, debía crear la infraestructura y organización de todas las competiciones de todos los deportes que los medios le permitieran, dentro de la universidad estatal. En esta fecha comenzó su trabajo como gestor y creador del equipo de Fútbol de la Universidad Nacional. Se encargó, igualmente, de la realización de las competiciones dentro del país entre los equipos de similares características que tenían una categoría semiprofesional. En las confrontaciones deportivas que llevó a cabo fueron invitados equipos de otros países iberoamericanos. En el documento n? 1 puede verse una carta procedente del archivo personal de Manuel Usano en el que se le comunica, como Director de Deportes de la Universidad Nacional que ha sido designado delegado de la Universidad en la Comisión Nacional de Educación Física.

UNA RESPONSABILIDAD DEPORTIVA INTERNACIONAL DE COLOMBIA SUPERADA CON ÉXITO GRACIAS A LA LABOR DE MANUEL USANO MARTÍN: LOS V JUEGOS CENTRO-AMERICANOS Y DEL CARIBE DE 1946

En 1945, y estando Manuel Usano prestando sus servicios como Director de Deportes de la Universidad Nacional, Colombia estaba designada como organizadora de los V Juegos Centro Americanos y del Caribe.

Faltando menos de un año [6]para que éstos dieran comienzo, fue requerido por el gobierno liberal para que asumiera la organización de los mismos. Sobre este aspecto nos comentaba su esposa Rosa Crespo:

“Fue llamado para ir a ver personalmente a Eduardo Santos[7][8]

La aceptación de esta gran responsabilidad suponía un delicado compromiso para Manuel Usano: por una parte se sentía obligado a aceptar la propuesta, ya que se encontraba agradecido del apoyo prestado por el Presidente para ser acogidos él y su familia como exiliados políticos. Por otra parte, implicaba una enorme responsabilidad y conllevaba la organización de un trabajo muy laborioso que requería asumir una cantidad de tareas muy diversas, con mucha premura de tiempo. Se le estaba requiriendo para encargarse de todo lo necesario con respecto a una celebración que implicaba una envergadura internacional. A pesar del poco tiempo que faltaba aún estaban por realizarse múltiples trabajos de importante trascendencia como: la construcción del alojamiento de los participantes, del estadio, la piscina olímpica, comedores, infraestructura del funcionamiento, de comidas, vestuario, etc.

Manuel Usano aceptó el importante compromiso, siendo nombrado Director Técnico de los V JUEGOS CENTROAMERICANOS Y DEL CARIBE. Para ello, puso la condición de poder elegir personalmente al equipo de profesionales que debían colaborar con él en la organización. Sobre ello recordaba su viuda Rosa Crespo Giner:

“Él conocía de la Universidad Nacional a Humberto Chica Pinzón que era arquitecto, y le nombró para que se encargara de la parte de construcción, los estadios, las habitaciones, los comedores…Después a otro muchacho que tenía allá una tienda de deportes, y que era también una persona muy responsable, le encargó de todo el tema relativo al material[9].

Gracias al titánico esfuerzo de Usano Martín, pudieron celebrarse felizmente los eventos deportivos en la ciudad de Barranquilla, siendo inaugurados el 8 de Diciembre de 1946.

Su familia recuerda la labor inmensa que llevó a cabo Manuel Usano, que dedicaba sus días y sus noches a ello y al que apenas veían. Su hija Maricel nos relataba que por aquellos meses su madre se encontraba embarazada de su hermana menor que nació en Bogotá.

“Mi hermana nació y mi padre apenas pudo venir a verla. Cuando terminó recuerdo que se había quedado en los huesos[10]

Como agradecimiento al gran esfuerzo realizado con motivo de este evento, y en reconocimiento al importante servicio prestado a Colombia, le fue entregada, el día de la clausura de los V Juegos Centroamericanos y del Caribe el 28 de diciembre de 1946, la MEDALLA DE ORO DE LA CIUDAD DE BARRANQUILLA, junto con una carta de agradecimiento.

Sobre aquel día memorable que recordaba con ilusión, contaba Rosa Crespo:

“El día de la clausura de los juegos, cuando todo el estadio estaba lleno de gente, le otorgaron la medalla por la dirección de los juegos, en nombre del pueblo de Barranquilla, porque les sacó del apuro, tenían una papeleta impresionante, es que no habían hecho nada los primeros que estaban nombrados, no hicieron absolutamente nada, y por eso recurrieron a él”[11].

Esta meritoria labor y este gran esfuerzo de Manuel Usano salvaron de un importante compromiso al gobierno colombiano. A continuación reproducimos el párrafo más significativo de la carta de agradecimiento que le fue remitida por del Comité Organizador en marzo de 1947 que nos sitúa en la medida de la gran aportación que este trabajo de Manuel Usano había significado para Colombia y las características personales y profesionales de este exiliado español.

“Tengo la profunda satisfacción de transmitir a usted el testimonio de reconocimento de los importantes servicios prestados por usted al país, a la ciudad de Barranquilla y al Comité Organizador de los V Juegos Deportivos Centro-americanos y del Caribe, que esta entidad ha consignado en el Acta de su sesión de ayer: “…el Comité Organizador de dichos eventos deportivos deja en el Acta de esta sesión testimonio muy particular de su agradecimiento al señor Profesor Usano por los invaluables servicios prestados al País, a la ciudad de Barranquilla y al Comité, reconociendo de manera tan espontánea como sincera, como homenaje de justicia, que a los talentos y capacidades del Director Técnico, Profesor Usano, a sus profundos conocimientos deportivos, a su versación técnica, a sus grandes dotes organizativas, a su férrea voluntad y constancia, a su inquebrantable fé, a su fervoroso entusiasmo y a su reconocido don de gentes y a sus distinguidas cualidades de caballerosidad, se debe el éxito técnico alcanzado en los V Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, que tanto han contribuido a acrecentar el prestigio y las simpatías internacionales hacia Colombia, motivo por el cual el señor Profesor Manuel Usano se ha hecho altamente acreedor al reconocimiento y estimación del Gobierno y del pueblo colombiano”.

Toda su estancia en Colombia siguió marcada por la Educación Física y el Deporte y por la demanda continua de sus servicios por los gestores y autoridades estatales relacionadas con eventos deportivos.

En 1946 fue nombrado, a pesar de que seguía manteniendo su nacionalidad española, Miembro del Comité Olímpico Colombiano. Estimamos que ello era consecuencia de que Manuel Usano ya había demostrado con creces que su nacionalidad no le impedía entregarse a su trabajo con toda generosidad y sin ningún tipo de reticencias, en beneficio del país que le había acogido, y tanto más al ser consciente de lo beneficiosa que su contribución podía ser para Colombia.

En su expediente de la Universidad Nacional, se puede observar que desde su cargo como Director de Deportes de aquella Universidad, fue designado Delegado de la Comisión Nacional de Educación Física en abril de 1947.

En 1949 fue delegado de Atletismo de Colombia en los II Juegos Bolivarianos de Lima (Perú); y en 1951 en los I Juegos Panamericanos de Buenos Aires (Argentina).

CONCLUSIONES

Toda la trayectoria profesional de Manuel Usano en Colombia fue una aportación trascendental para el país, tanto para la Educación Física a nivel académico como para todo su deporte. Su labor dio muy beneficiosos frutos al discurrir de estas especialidades durante muchos años. De la gran dedicación con que siempre se entregó Manuel Usano Martín a su trabajo, tenemos múltiples documentos. Periódicos de todas las tendencias y documentos escritos que hablan de la importante labor en pro del resurgimiento del atletismo, y múltiples deportes en Colombia, de la tenaz labor de organización y estructuración del Deporte universitario, de la generosidad y buen hacer en la organizaciones deportivas en las que participó. Como un ejemplo tan solo incluimos la Carta de 28 de septiembre de 1962, por la que se le comunica la moción de gratitud de la Asociación Colombiana de Atletismo, reconociendo que gracias a su labor el país puede hallarse presente en los II Juegos Iberoamericanos (Foto nº 2). Hemos de destacar la importancia de éste documento, dado que ya había trascurrido un tiempo considerable y aún se seguía recordando la labor de Manuel Usano, que se había marchado de Colombia en 1953.

Por motivos fundamentalmente económicos, comenzó a trabajar como visitador médico de la Delegación en Bogotá de la empresa Hollman La Roche, en donde muy pronto ascendió a Delegado Médico. Este cargo le obligaba a viajar por toda Suramérica ostentando dicha delegación. Después de varios años de trabajo en ésta, le fue ofrecido por la empresa norteamericana Laboratorios Pfizer de N. York, el cargo de Director Médico de propaganda científica de todos los países de habla hispana en América y de los países latinos en Europa.

Teniendo en cuenta que ello conllevaba la elevación de sus ingresos enormemente, aceptó el trabajo que le fue ofrecido por la citada industria, por lo cual se trasladó a los Estados Unidos en marzo de 1953 en donde a partir de esa fecha discurrió su vida profesional y familiar, como Director Médico y Supervisor de propaganda científica.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES

ARIZMENDI POSADA, Ignacio (1989). Presidentes de Colombia 1810-1990. Planeta colombiana. Bogotá.

CONTECHA CARRILLO, L. F. (1999): La Educación Física y el Deporte en Colombia. Una Historia. Lecturas: Educación Física y Deportes. Revista Digital. Año 4. n? 17. Buenos Aires, diciembre 1999. http://www.sportquest.com/revista/.revista digital.

JARAMILLO URIBE, Jaime (Dir. Cient.)(1984): Manual de Historia de Colombia. Procultura. Instituto Colombiano de Cultura. Bogotá. 3 tomos.

JARAMILLO URIBE, Jaime (1989): La educación en los gobiernos liberales 1930-1946; en TIRADO MEJÍA, Álvaro (Dir): Nueva Historia de Colombia. Editorial Planeta colombiana. Tomo IV. Bogotá.

MARTINEZ GORROÑO, M.E.(1996): Vasco-Navarros en Colombia. Una aportación del exilio español consecuencia de la guerra civil de 1936-1939. Cuadernos de la Fundación Españoles en el Mundo. Madrid.

PALACIOS, M. (1979): Deporte y Salud. La medicina en el esfuerzo psicofísico. Editorial Stella. Gijón.

SOCARRAS, J.F. (1987): Facultades de Educación y Escuela Normal Superior. Su historia y aporte científico humanístico y educativo. Ediciones La Rana y el Águila. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja.

TIRADO MEJIA, A.(Dir.Cient) (1989) Nueva Historia de Colombia. Ed. Planeta Colombiana. 10 tomos.

VV.AA. (1989): Colombia Hoy. Siglo XXI editores de Colombia. Bogotá. 12? edición.

VV.AA.(1988): Historia de Colombia. Salvat editores, S.A. Bogotá. 10 tomos

Entrevistas mantenidas con:

José Francisco Socarrás, ex-Director de la Escuela Normal Superior, en Bogotá en noviembre de 1988.

Rosa Crespo Giner de Usano, en Madrid el 9 y 18 de octubre de 1991.

Maricel Usano Crespo en Madrid 9 y 18 de octubre y noviembre de 1991.

Germán Arciniegas, ex-Ministro de Educación y amigo personal de muchos exiliados españoles, en Bogotá en junio y septiembre de 1988.

Otras fuentes:

Archivo personal y familiar de Manuel Usano Martín.

Archivo de la Universidad Nacional de Colombia.

Archivo de la Universidad de Valencia.

Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte – vol. 3 – número 9 – marzo 2003 – ISSN: 1577-0354



[1]Y que como podremos observar leyendo el presente trabajo, Manuel Usano hizo en Colombia, organizando los estudios de Educación Física, para formar profesores de esta especialidad, integrados dentro de la estructura universitaria, concretamente dentro de la Escuela Normal Superior.

[2]De entrevista con Rosa Crespo Giner, celebrada en Madrid el 9 de octubre de 1991.

[3]Cundinamarca es el Departamento cuya capital es Bogotá.

[4]Puede verse la trayectoria y aportación de los primeros vascos acogidos por el gobierno de Alfonso López Pumarejo, como fueron Francisco de Abrisqueta o Andrés Perea Gallaga en Martínez Gorroño, M.E.(1996): Vasco-Navarros en Colombia. Una aportación del exilio español consecuencia de la guerra civil de 1936-1939. Cuadernos de la Fundación Españoles en el Mundo. Madrid.

[5]La importancia de las opiniones de este miembro del Partido Liberal alcanzan un especial significado al tratarse de uno de los políticos más sobresalientes e influyentes de su tiempo, miembro destacado del grupo de la izquierda liberal y candidato a la presidencia por este sector, como sucesor de Alfonso López, aunque Eduardo Santos fue el postulado por el liberalismo, en sustitución al fallecido Olaya Herrera. Darío Echandía fue Ministro en el Gobierno de Alfonso López y ocupó el cargo de “Designado” en varias ocasiones, reemplazando al Presidente en el segundo gobierno de López durante los períodos en que éste se ausentó por diversas causas. También fue Ministro de Educación en varios gobiernos liberales.

[6] Las fuentes orales han mencionado entre seis y ocho meses. Tenemos carta del Comité Organizador de fecha 12 de Agosto de 1946 dirigida a Manuel Usano, por la que se le comunica que ha sido nombrado Director Técnico de los mismos.

[7] Eduardo Santos Montejo fue Presidente de Colombia entre 1938-1942, época en la que se produjo la llegada del mayor número de españoles que se exilió en Colombia como consecuencia de la guerra civil de 1936-1939. Por otra parte Eduardo Santos, amigo personal del Manuel Azaña, fue el político liberal que más interés manifestó para la acogida seleccionada de este grupo de españoles.

[8] De entrevista con Rosa Crespo Giner celebrada en Madrid el 9 de octubre de 1991.

[9] De entrevista mantenida con Maricel Usano Crespo en su casa de Madrid en Noviembre de 1991

[10] Ibídem.

[11] Ibídem.