UNIDAD DIDÁCTICA DE BALONMANO PARA LA E.S.O. LA INTEGRACIÓN DEL BALONMANO EN LOS CONTENIDOS DE LA EDUCACIÓN FÍSICA
Lago Peñas, C.* y López Graña, M.P.**
* Doctor en Educación Física. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Vigo. E-mail: clagop@uvigo.es
** Doctorando en Educación Física. Universidad de A Coruña.
Lago Peñas, C. y López Graña, M.P. (2002). Unidad didáctica de balonmano para la E.S.O. La integración del balonmano en los contenidos de la Educación Física. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, vol. 2 (5) pp. 114-127
TÍTULO DE LA U.D.: “Descubre el balonmano”.
CICLO: Primero de la E.S.O.
Nº DE SESIONES: 10
INTRODUCCIÓN
Si bien esta unidad didáctica se encuentra vinculada de forma preferente con el bloque de Juegos y deportes, es posible relacionar algunos de sus contenidos con el bloque de Condición física y el de Habilidades y destrezas. Dentro del proceso de evolución cualitativa de la motricidad (Durand, 1988), el objetivo del proceso de intervención se centra en el último de sus períodos: el aprendizaje de las habilidades motrices deportivas propiamente dichas. A diferencia de los patrones motores básicos y los automatismos, sometidos al control de la maduración del sistema nervioso, las habilidades deportivas y las de transición (soporte de las primeras) están sujetas a unas características más culturales (dependientes del aprendizaje, de la transmisión social y de los procesos de tratamiento de la información) y específicas (relacionadas con una tarea o una clase de tareas).
De ahí precisamente que la construcción de un marco de práctica capaz de optimizar el aprendizaje por parte de los alumnos de las habilidades motrices comprometidas en el Balonmano sea una cuestión relativa a la forma en que el profesor articula las condiciones pedagógicas en las que el practicante aprende la especialidad y en qué condiciones desarrolla su competición. En efecto, las condiciones en las que se practiquen las tareas del aprendizaje deportivo son las que determinan el potencial formativo de la actividad, pues es lo que conduce a la auto-estructuración de una u otra forma de la personalidad del alumno, mientras que la técnica y la táctica no son más que una consecuencia de la interpretación deportiva realizada en un época determinada que permite conocer los medios más eficaces para alcanzar el fin deseado (Seirul-lo, 1998). Este conocimiento debe proponérselo el entrenador al deportista, pero en una situación que permita ir más allá de la simple ejecución del modelo técnico-táctico dominante.
Proponer un modelo de práctica capaz de optimizar el proceso de iniciación deportiva en el ámbito educativo será el objetivo del presente trabajo.
1. VINCULACIÓN DE LA UNIDAD DIDÁCTICA CON EL CURRÍCULUM OFICIAL. ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS DIDÁCTICOS Y CONTENIDOS
1.1. Relación con las finalidades
De entre las finalidades educativas que para la E.S.O. propone la LOGSE, esta unidad pretende contribuir básicamente a la consecución de los siguientes principios contenidos dentro del Área de Educación Física:
– Mejora de la imagen personal del alumno/a a través de la actividad física y deportiva, en este caso a través del balonmano.
– Mejora y mantenimiento de la forma física y de la eficiencia y calidad de nuestros movimientos.
– Utilización constructiva del ocio mediante actividades físicas, recreativas y deportivas.
1. 2. En relación con los objetivos
1.2.1. Generales de la Educación Secundaria Obligatoria
A la finalización de la unidad, el normal desarrollo de la misma debería aportar a los alumnos un bagaje de conceptos, procedimientos y actitudes que les situarán más cerca de conseguir las capacidades expresadas en los Objetivos Generales de Etapa D, E, F y L:
D. Elaborar y desarrollar estrategias personales de identificación y resolución de problemas en los principales campos del conocimiento, mediante unos hábitos de razonamiento objetivo, riguroso y sistemático.
E. Formarse una imagen ajustada de sí mismo, de sus características y posibilidades y desarrollar actividades de forma autónoma y equilibrada, valorando el esfuerzo y la superación de dificultades.
F. Relacionarse y participar en actividades de grupo con otras personas, con actitudes solidarias y tolerantes.
L. Conocer y comprender los aspectos básicos del funcionamiento del propio cuerpo y de las consecuencias para la salud individual y colectiva de los actos y las decisiones personales, y valorar los beneficios que suponen los hábitos del ejercicio físico, de la higiene y de una alimentación equilibrada, así como llevar una vida sana.
1.2.2. Generales del Área de Educación Física
De entre todos Objetivos Generales de Área contenidos en el DCB de la Comunidad Autónoma de Galicia, la unidad pretende acercarse a la consecución de los números 2, 3 y 5:
2. Planificar y realizar actividades que les permitan satisfacer sus propias necesidades, previa valoración del estado de sus capacidades físicas y habilidades motrices, tanto básicas como específicas.
3. Aumentar sus posibilidades de rendimiento motor por el acondicionamiento y mejora de sus capacidades físicas y el perfeccionamiento de sus funciones de ajuste, dominio y control corporal, desarrollando actitudes de autoexigencia y autosuperación.
5. Participar, con independencia del nivel de destreza alcanzado, en actividades físicas y deportivas, desarrollando actitudes de cooperación y respeto, valorando el aspecto de relación que tienen las actividades físicas.
1.2.3. Objetivos didácticos
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1.3. Relación con los contenidos
Aunque el bloque principal de contenidos sobre el que se construye la unidad es el de Juegos y deportes, es posible relacionar algunos de los
contenidos de la misma con el bloque de Condición física y con el Habilidades y destrezas, en especial en aquellos casos en que los alumnos presentan un nivel de destreza limitado en cuanto a su coordinación dinámico-gereral y segmentaria.. En efecto, una mayor capacidad de integración entre el componente técnico y el neuromuscular implicado en la producción de energía mecánica permite al deportista afrontar con mayores garantías de éxito la resolución de las situaciones variables de juego en las que se encuentra inmerso. Asimismo, teniendo en cuenta que en el balonmano existe una distancia de carga reducida con el oponente durante la ejecución de las acciones que conforman el juego, pensamos que sería muy adecuado trabajar a través de esta unidad el bloque de contenidos transversal Educación para la Paz y así lo reflejamos en los objetivos y contenidos que vamos a desarrollar.
En este sentido, los contenidos propios de la unidad a partir de los cuales el profesor puede construir las actividades de enseñanza-aprendizaje son:
JUEGOS Y DEPORTES |
CONDICIÓN FÍSICA |
HABILIDADES Y DESTREZAS |
CONCEPTOS |
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– Características básicas y comunes de las actividades y juegos deportivos colectivos: normas, reglas, aspectos técncios y tácticos (en este caso aplicados al balonmano) – Principios básicos de ataque y defensa – Terminología específica |
– Grado de implicación e importancia de las capacidades condicionales en la práctica del balonmano – El calentamiento: análisis de una actividad físico-deportiva ante la construcción de un calentamiento personal – El entrenamiento: efectos sobre la salud y el organismo |
– Capacidades coordinativas y su importancia en el desarrollo de las habilidades motrices. |
PROCEDIMIENTOS |
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– Práctica de juegos y situaciones pedagògicas regladas y adaptadas que induzcan al aprendizaje de los fundamentos técnico-tácticos, de estrategias de ataque/defensa y de estrategias de cooperación/oposición aplicados al balonmano: fintas, desplazamientos con y sin balón, defensa en zona, individual o mixta, lanzamientos, pases, acciones del portero, desmarques,… |
– Elaboración de un calentamiento personal, previo análisis de la actividad a realizar – Aplicación de las capacidades físicas básicas en las actividades y juegos practicados – Técnicas de entrenamiento de las cualidades físicas para el perfeccionamiento de la acción motriz (aplicado al balonmano) |
– Actividades de acomodación de la actuación individual y/o colectiva ante diferentes estímulos externos. – Reproducción de patrones motores desde una formulación anterior a la acción (imitación, resolución, ensayo-error, descubrimiento y adaptación) |
ACTITUDES |
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– Aceptación de las normas y reglas básicas del balonmano y de aquellas que el profesor introduzca – Demostrar una actitud de participación activa y de ganas de mejorar en cada sesión. – Aplicación de la función de integración social que tiene la práctica de las actividades físico-recreativas – Participación e integración en las actividades colectivas con independencia del nivel de destreza alcanzado – Cooperación y aceptación de las funciones asignadas dentro de una labor de equipo |
– Concienciación de que una buena condición física repercute en a obtención de mejores resultados deportivos -Valoración de los efectos beneficiosos que para la salud tiene la práctica deportiva adecuada del balonmano – Toma de conciencia de la propia condición física y responsabilidad en el desarrollo de la misma – Interés por el mantenimiento de la condición física – Valoración de las normas de higiene, prevención y seguridad en la práctica de la actividad y el entrenamiento |
– Aceptación de los distintos niveles de competencia motriz propios y de los compañeros – Comprensión y aceptación de la propia habilidad como punto de partida hacia la superación personal – Conocimiento y valoración del nivel técnico y de las técnicas empleadas por uno mismo y los demás – Actitud de autoexigencia y superación de los límites del propio cuerpo – Aceptación del reto que supone competir con los otros sin que ello suponga una actividad de rivalidad mal entendida – Valoración y actitud positiva en el juego limpio |
1.4. Relación con los criterios de evaluación
Los criterios de evaluación propuestos para esta unidad didáctica están relacionados con los criterios 3, 6, 7, 8, 11 y 12 establecidos por el currículo oficial:
3. Analizar el grado de implicación de las diferentes capacidades físicas que se están poniendo en juego en actividades realizadas por uno mismo y por los demás.
6. Aplicar las habilidades específicas adquiridas a situaciones reales de práctica, prestando una especial atención a los elementos perceptivos y de ejecución.
7. Resolver los problemas de decisión formulados por la realización de tareas motrices deportivas, utilizando habilidades específicas y evaluando la adecuación de la ejecución al objetivo previsto.
8. Coordinar las acciones propias con las del equipo, interpretando con eficacia la táctica para conseguir cohesión y eficacia cooperativa.
11. Mostrar una actitud de deportividad y tolerancia por encima de la búsqueda desmedida de la eficacia, tanto en el plano de participante como de espectador.
12. Participar de forma desinhibida y constructiva en la realización de actividades físico –deportivas.
1.5. Respecto al P.C.C. y a la Programación de Aula
En cuanto al P.C.C. y la Programación de Aula, al ser el primero un documento elaborado por el conjunto de profesores de cada centro educativo, los aspectos singulares de cada uno de ellos (características socioeconómicas del entorno, nivel de destreza y motivación del los alumnos, material docente presente en el aula, proyecto educativo propuesto,…) hacen necesaria en cada caso una adaptación específica de la unidad didáctica presentada. Ahora bien, consideramos que la propuesta metodológica que soporta la unidad recoge abiertamente los objetivos que dentro del actual marco educativo se proponen como meta de la intervención docente (el desarrollo integral de las capacidades de los alumnos). De este modo, estimamos que los objetivos, contenidos y criterios de evaluación que se sugieren son compatibles con cualquier P.C.C. y/o Programación de Aula. En cuanto a su ubicación dentro de esta última, la unidad “Descubre el balonmano” dependerá tanto de las condiciones de cada centro educativo como de la secuenciación de objetivos y contenidos que el profesor realiza en cada caso. No obstante, nosotros localizamos la unidad didáctica en el último trimestre del curso, pues el carácter lúdico del balonmano como deporte sociomotor de cooperación-oposición permite movilizar simultáneamente los contenidos de carácter coordinativo, condicional y cognitivo y, en consecuencia, tratar conjuntamente los bloques de contenidos que se han trabajado anteriormente (incluso es posible incorporar contenidos de Expresión Corporal).
2. ESTRATEGIAS METODOLÓGICO – DIDÁCTICAS
Dos son, a nuestro juicio, las claves fundamentales para una enseñanza eficaz (Pieron, 1999). El tiempo de compromiso motor consumido por los alumnos en la realización de las tareas se considera el mediador por el cual la instrucción y las intervenciones del profesor se transforman en aprendizaje en aquéllos. Se ha constatado que algunas variables relacionadas con el tiempo presentan a menudo correlaciones significativas con las adquisiciones motrices de los practicantes. En cualquier caso, en la adquisición de habilidades motrices no es posible explicarlo todo por la simple aportación del compromiso motor del alumno. Es muy probable que los procesos cognitivos y afectivos de éstos jueguen igualmente un papel mediador. En efecto, el tiempo de implicación sólo adquiere todo su significado en la medida en que el contenido de la enseñanza se adapte al nivel de destreza de los sujetos. Cualquier actividad no es generadora de aprendizajes. El contenido no es indiferente (Pieron, 1999). El diseño de las situaciones aprendizaje en la enseñanza del balonmano debe partir de una jerarquización de las condiciones necesarias para jugar, teniendo en cuenta, por un lado, aquello que el practicante ya conoce y es capaz de ejecutar y, por otro lado, las adquisiciones consideradas fundamentales. De este modo, las situaciones creadas deberán ajustarse simultáeamente al nivel de destreza del practicante y a las exigencias del juego (Garganta y Pinto, 1997).
En el proceso de enseñanza/aprendizaje interesa sobre todo desarrollar en los alumnos una disponibilidad motriz y cognitiva que trascienda ampliamente a la simple automatización de gestos y se centre en la asimilación de reglas de acción y principios de gestión del espacio de juego, como una forma de comunicación y contracomunicación entre los jugadores (Gargamta y Pinto, 1997). Hasta llegar al juego formal se han de resolver un conjunto de problemas de jerarquización en la presentación de los contenidos propios del balonmano en función de la importancia concedida a los diferentes elementos que conforman la lógica interna del juego: jugador, compañeros, adversarios, balón, porterías, espacio, tiempo y reglas. Debido a la complejidad del juego, en la medida en que el que lo practica tiene que, al mismo tiempo, tener en consideración varios elementos diferentes: balón, posición en el espacio, compañeros y adversarios, se impone que el aprendizaje se desarrolle en fases progresivas: de lo conocido a los desconocido, de lo fácil a lo difícil, de lo menos hacia lo más complejo.
En este sentido, defendemos una enseñanza del balonmano a través de fases evolutivas o etapas que propongan tareas y objetivos de complejidad creciente. En cualquier caso, es importante que la necesidad de dividir la enseñanza en fases no provoque la división del juego en elementos (el pase, el control del balón, el remate, etc.) sino que éste organice su estructura en temas principales (unidades funcionales), con la finalidad de reducirlo a una escala asumible por los practicantes (Garganta y Pinto, 1997). Así, la enseñanza del balonmano puede ser considerada como un proceso de construcción durante el cual los practicantes van integrando niveles de relación cada vez más complejos de acuerdo con los diferentes elementos del juego. No obstante, la integración propuesta no debe terminar en una estratificación o sobreposición de adquisiciones. Por el contrario, deberá suscitar sistemáticamente al deportista diversas articulaciones con lógica, en las cuales el saber y la capacidad sobre el juego le sean constantemente reclamadas en sus intervenciones.
Para el desarrollo de esta línea de actuación pedagógica, resulta importante atender a los procesos interoceptivos que los alumnos son capaces de despertar con la ayuda del educador, el cual debe decidir en sus clases los pasos necesarios para que la calidad de los estímulos entre a formar parte de los problemas que es necesario superar. En consecuencia, las herramientas metodológicas más importantes para abordar la construcción de las habilidades motrices específicas se centran en las intervenciones no directivas, que parten de la propia naturaleza exploratoria de la misma motricidad, la cual, utilizada y conducida por el educador, se traducirá en los estilos de enseñanza del descubrimiento guiado y la resolución de problemas.
3. ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE
Las condiciones de las tareas diseñadas deben permitir una práctica que vaya más allá de la simple ejecución de modelos técnicos y tácticos. La experiencia propuesta debe dejar opciones abiertas a las libres decisiones de la reflexión individual y permitir satisfacer la exigencia de crear una propia visión personal de esa experiencia motriz, no en vano cada alumno vive y reacciona de modo personal ante los distintos estímulos del entorno pedagógico, en función de sus propias necesidades (Florence, 1991).
La manipulación a o alteración de alguno o algunos de los elementos de la estructura de la tarea constituye un criterio pedagógico en el que el profesor puede apoyarse para construir el grado de complejidad de la tarea propuesta, adaptándola al nivel de aprendizaje de los alumnos y permitiendo una expansión constante (metas sucesivas) en la autoconfiguración de las capacidades de los practicantes (Seirul-lo, 1998).
Una propuesta de las posibles situaciones a desarrollar a la largo de la unidad podría ser la siguiente:
Situación 1.
Organización: Siguiendo el esquema presentado en el Gráfico 1, el recorrido consiste en pasar en zig-zag entre los conos (dispuestos con distancias variables entre ellos), superar al pivote mediante una finta (por ejemplo, si el pivote levanta la mano derecha, sobrepasarlo por su izquierda y si levanta la mano izquierda, superarlo por la derecha; pase a un pivote y sobrepasar la valla en función de la consigna (por ejemplo, por la izquierda, por la derecha, mediante un salto,…), recoger el balón justo a la altura del cono tras la devolución del pivote y lanzamiento a portería.
Variantes: El entrenador puede proponer diferentes variantes para manipular la dificultad de la ejecución en función del nivel de destreza de los practicantes mediante: variaciones en la ejecución del movimiento (en el lanzamiento, por ejemplo, realizar el movimiento del brazo solicitado lentamente y el lanzamiento fuerte, el movimiento lento y el lanzamiento débil, el movimiento rápido y el lanzamiento débil,… o modificando los recorridos espaciales de los segmentos corporales en cada repetición); variaciones en las condiciones temporales de la ejecución (en el trayecto entre los conos, por ejemplo, proponer modificaciones parciales en el ritmo de realización desarrollando diferentes velocidades de ejecución (rápido, lento,…) o mediante la adaptación de la ejecución a un ritmo externo (proveniente del entorno) o interno (marcado por el propio deportista); variaciones en la recepción de la información (número de estímulos necesarios para identificar la situación, introducción de elementos perturbadores, claridad de los estímulos, duración de la presentación de los estímulos, utilización diversificada de estímulos inespecíficos, semiespecíficos y específicos, incertidumbre sobre el objetivo de la tarea,…); variaciones en la toma de decisiones ( tareas con dos o más objetivos, disminuir el tiempo de reflexión desde la percepción (aparición del estímulo) a la ejecución (soluciones pertinentes a los subroles y acciones de éxito del jugador), incertidumbre sobre el objetivo de la tarea,…); realización de las tareas en estado de fatiga.
Criterios de éxito: Mantener el dominio del balón a lo largo de todo el recorrido sea cual sea el nivel de las limitaciones fijadas por la tarea a realizar.
Situación 2.
Organización: En un espacio de juego amplio (campo de balonmano, por ejemplo), todos los jugadores se encuentran agrupados por parejas, cada uno de ellos con balón. Mientras el entrenador no proponga ningún estímulo (visual, sonoro, etc.), los deportistas se desplazan libremente sin prestar atención al movimiento de su pareja. A la señal, cada jugador debe realizar una tarea inespecífica (voltereta, salto con giro de 360º, etc) o específica (finta, cambio de dirección, etc.) diferente cada vez y lanzar la pelota a su compañero cada vez de una forma distinta (en bote, en salto, en pronación, por la espalda, etc.).
Variantes: El entrenador puede proponer diferentes variantes manipulando la dificultad de la ejecución en función del nivel de destreza de los practicantes. Así, por ejemplo, mientras se manipula la pelota libremente, se pueden proponer diferentes tipos de desplazamientos: laterales, frontales, hacia atrás, etc.; el estímulo del profesor puede ser más o menos exigente: de los estímulos sonoros a los visuales e, incluso, introduciendo elementos perturbadores: se realiza la tarea sólo cuando levanto la mano derecha, cuando el toque del silbato es largo, etc.; el espacio de juego se puede reducir o ampliar modificando el espacio individual de interacción y proporcionando así una mayor dificultad a la tarea; mientras no se ejecuta el lanzamiento se puede robar la pelota al resto de participantes, etc.
Criterios de éxito: Mantener el dominio del balón y ejecutar la tarea respetando la consigna del profesor lo más rápido posible.
Situación 3
Organización: En un espacio de juego de 20x20metros (aunque podrá ser mayor o menor en función de los objetivos), un equipo de 4-5 jugadores con balón intenta dar al menos 10 pases mientras el equipo rival intenta impedirlo. El jugador en posesión del balón no puede mantener ese rol durante más de tres segundos. ¿Por qué 10 pases? Porque es el número de pases que se dan en cada unidad de competición, porque facilita el tiempo de participación de los practicantes, porque los defensores tiene posibilidades de interceptar el balón, porque 10 pases establece niveles de continuidad de juego en cuanto a la posesión del balón (ciclo de construcción básica del juego: desplazamiento – recepción – desplazamiento con balón – pase – desplazamiento,… ¿Por qué 3 segundos de tiempo máximo de posesión? Porque el reglamento así lo determina, siendo los 3 segundos el tiempo de participación habitual en las acciones con balón, de esta forma se evitan comportamientos individuales en la posesión del móvil y posibilita que los defensores tengan opciones de interceptación del balón.
Variantes: El espacio de juego puede representar aquellas zonas del terreno donde los jugadores desarrollan su actividad habitualmente (categorías espaciales significativas): espacio entre 6 y 11 metros. La dificultad de la tarea puede manipularse introduciendo variantes como: “dar 10 pases sin que el jugador con balón sea tocado”, “dar 10 pases tocando todos los jugadores al menos una vez la pelota”, “dar 10 pases siendo el último receptor Juan”, “dar 10 pases teniendo que recibir la pelota en los pases 3-6-9, Antonio”, “dar 10 pases pero sólo se puede pasar el balón mediante pases en bote”, etc.
Criterios de éxito: Mantener la posesión del balón y alcanzar el número de pases previsto sin que el equipo rival intercepte la pelota.
Situación 4
Organización: Siguiendo el esquema presentado en el Gráfico 4, en el espacio de juego de reglamentario (aunque podrá ser mayor o menor en función de los objetivos), dos equipos de 5-6 jugadores intentan anotar un gol en alguna de las dos porterías que defiende el equipo rival, debiendo realizar previamente al menos, una acción de bloqueo. Dentro de cada uno de los dos equipos, la mitad de los jugadores sólo puede anotar en una de las dos porterías (izquierda o derecha). Cada vez que se consigue un gol, vale 1 punto; si el siguiente tanto se anota en la otra portería vale en este caso 2 puntos.
Variantes: El entrenador puede proponer diferentes variantes manipulando la dificultad de la ejecución en función del nivel de destreza de los practicantes: limitar el tiempo de posesión del balón por parte de los jugadores, todos los jugadores deben tocar el balón antes de lanzar a portería…
Criterios de éxito: Mantener la posesión del balón y anotar el mayor número de goles.
4. EVALUACIÓN
4.1. Evaluación del alumno
Los criterios de evaluación relacionados con esta unidad, de entre los propuestos en la concreción para este nivel educativo, que pueden orientar al profesor en la valoración de las adquisiciones alcanzadas por los alumnos son los siguientes:
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En la tarea de valorar el nivel de consecución de los objetivos didácticos propuestos en la unidad, es preciso responder a tres cuestiones fundamentales: ¿Qué, cómo y cuándo evaluar? Además, la orientación construida se completa con la propuesta de diversos instrumentos de evaluación que pueden ser utilizados en dicho proceso.
¿Qué evaluar?
– Si el alumno conoce las reglas básicas del juego y la terminología específica de las acciones técnicas y tácticas elementales del balonmano.
– Si el alumno es capaz de identificar en las acciones básicas comprometidas en el juego las capacidades condicionales y coordinativas que se encuentran implicadas en su ejecución.
– Si el alumno acepta la necesidad de coordinar su actividad individual con las de sus compañeros para construir un proyecto común de equipo.
– Si el alumno moviliza en la práctica de juegos y situaciones regladas y/o adaptadas, los elementos técnico-tácticos básicos del balonmano con un nivel de destreza aceptable.
– Si el alumno demuestra una actitud de participación activa y ganas de mejorar en cada sesión.
¿Cómo evaluar?
– Mediante la observación.
– A través de preguntas y cuestiones propuestas en el desarrollo de las clases.
– Realización de situaciones prácticas de ejecución.
¿Cuándo evaluar?
El proceso de evaluación tendrá lugar al inicio de la unidad (evaluación inicial), durante el desarrollo de la misma (evaluación formativa) y a su conclusión (evaluación sumativa).
4.2. Evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje
¿Qué evaluar?
Evaluaremos la calidad de los distintos componentes que integran dicho proceso: si los objetivos didácticos propuestos son adecuados o hay que reformularlos en función del contexto específico de intervención (características socioeconómicas del entorno, nivel de destreza y motivación del los alumnos, material docente presente en el aula, proyecto educativo propuesto,…); si los contenidos son significativos y se adaptan a las necesidades e inquietudes de los alumnos; si las actividades pedagógicas y los recursos movilizados permiten la consecución de los aprendizajes propuestos; si la metodología de intervención es adecuada y permite establecer una relación óptima entre los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje; y, finalmente, si los propios criterios e instrumentos de evaluación son válidos.
¿Cómo evaluar?
La observación propia (autoobservación) y la de los alumnos, el registro y la constante reflexión sobre la práctica suponen los elementos sobre los que se debe soportar el análisis que el profesor realiza del proceso de enseñanza-aprendizaje. Será preciso atender a cuestiones tales como si el material utilizado y los espacios en los que se ha desarrollado la actividad han sido o no facilitadores del aprendizaje de los alumnos; si la formación de grupos ha sido adecuada; si el clima de interacción y comunicación durante las sesiones ha sido capaz de estimular el aprendizaje por parte de los alumnos; si la estructura de la sesión y la organización de espacios es correcta,… Para ello, utilizaremos como instrumento, el diario de sesiones.
5.- BIBLIOGRAFÍA
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