Sierra-Palmeiro,
E.; Bobo-Arce, M.; Fernández-Villarino, M.; Alonso-Tajes, F.; González-Martin,
M.C.; Gómez-Rivas, L. (2020) Association Foot Morphology and Performance in
Rhythmic Gymnastics. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte vol. 20 (79) pp. 567-583 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista79/artasociacion1177.htm
DOI: http://doi.org/10.15366/rimcafd2020.79.012
ORIGINAL
ASOCIACIÓN
ENTRE MORFOLOGÍA DEL PIE Y RENDIMIENTO EN GIMNASIA RÍTMICA
ASSOCIATION FOOT MORPHOLOGY AND PERFORMANCE IN RHYTHMIC GYMNASTICS
Sierra-Palmeiro, E.1;
Bobo-Arce, M.1; Fernández-Villarino, M.2; Alonso-Tajes,
F.3; González-Martin, M.C.4 y Gómez-Rivas, L.5
1
Profesoras
Titulares. Departamento de Educación Física Deportiva. Facultad de Ciencias del
Deporte. Universidad de A Coruña (España) elena.sierra@udc.es, marta.bobo@udc.es.
2 Profesora Contratada
Doctor. Departamento de Educación Física Deportiva. Facultad de Ciencias de la
Educación y del Deporte. Universidad de Vigo (España) marianfv@uvi.es
3 Profesor
de Escuela Universitaria. Departamento de Ciencias de la salud. Facultad de
Enfermería y Podología. Universidad de A Coruña (España) falonso@udc.es
4 Profesora
Contratada Doctor. Departamento de Ciencias de la salud. Facultad de Enfermería
y Podología. Universidad de A Coruña (España) cristina.gmartin@udc.es
5 Graduada
en Podología. Departamento de Ciencias de la salud. Facultad de Enfermería y
Podología. Universidad de A Coruña (España)
lucia291195@gmail.com
Código UNESCO / UNESCO Code: 5899 Educación Física y Deportes / Physical Education and
Sport
Clasificación
Consejo de Europa / Council of Europe classification: 17. Rendimiento
deportivo
Recibido
17
septiembre de 2018 Received September 17, 2018
Aceptado 23 de
agosto de 2019 Accepted August 23, 2019
RESUMEN
Los objetivos del
estudio fueron determinar la influencia de la morfología del pie en el
rendimiento en Gimnasia Rítmica y analizar la influencia de los años de
práctica. La muestra estaba compuesta por 48 gimnastas que habían practicado
gimnasia federada y competido durante el último año. Los resultados indican que
las gimnastas tienen predominantemente un pie neutro y con huella normal,
presentando bastante asimetría entre pies, no significativa, lo que puede ser
consecuencia de un trabajo unilateral y debería ser corregido en el
entrenamiento. Sólo el rango de amplitud de la articulación talocrural parece
ser una característica de la morfología del pie que incida sobre el rendimiento
técnico y parece más una característica innata. La práctica de la Gimnasia
Rítmica podría no ser un factor tan decisivo como podía suponerse en las
modificaciones morfológicas de la huella plantar.
PALABRAS CLAVE: Gimnasia Rítmica, rendimiento, morfología del pie.
ABSTRAC
The objectives
of the study were to determine the influence of foot morphology on performance
in Rhythmic Gymnastics and to analyze the influence of years of practice. The
sample consisted of 48 gymnasts who had practiced federated gymnastics and
competed during the last year. The results indicate that the gymnasts have
predominantly a neutral foot and with a normal footprint, presenting enough
asymmetry between feet, not significant, which may be a consequence of
asymmetric work and should be corrected in training. Only the range of
amplitude of the talocrural joint seems to be a characteristic of foot
morphology that affects technical performance and seems more an innate
characteristic. The practice of rhythmic gymnastics might not be as decisive a
factor as could be supposed in the morphological modifications of the
footprint.
KEY WORDS: Rhythmic gymnastics,
performance, foot morphology
INTRODUCCIÓN
Las características
antropométricas del pie es un tema de investigación de interés para el deporte,
por las implicaciones clínicas y técnicas que la funcionalidad del mismo
conlleva. El pie normal y los músculos asociados garantizan las funciones
estáticas y dinámicas del tren inferior y no sólo desempeña un papel importante
en la prevención de lesiones sino también del rendimiento deportivo. Se
considera que un pie sin alteraciones morfológicas dentro de los rangos
considerados de normalidad, es más “seguro” para la práctica deportiva, debido
a que biomecánicamente presenta un mejor diseño que le permite absorber
impactos, evitando así la aparición de lesiones, no sólo en el pie mismo, sino
también en las otras articulaciones del miembro inferior y columna vertebral.
Por el contrario los pies “no normales” favorecen la concentración de esfuerzos
en ciertas zonas del pie, elevando el riesgo de lesión (Queen, Mall, Nunley y Chuckpaiwong,
2009). De la misma forma un pie “normal” debería favorecer la biomecánica de
todas las acciones que tienen el pie como protagonista y en consecuencia un
mejor rendimiento del deportista en dichas acciones.
Hay numerosos estudios centrados en la evaluación de las características de los pies de los deportistas en relación con lesiones (Alfaro, 2017; Martinez-Amat et all., 2016; Cimelli y Curran, 2012; Padilla, 2011: Bennell et all, 1999). Sin embargo, hay investigaciones limitadas sobre la evaluación de la estructura del pie en relación con el nivel de experiencia, la especificidad del entrenamiento y el éxito en el deporte (Spink et all.,2011; Jeanna, 2009). El deporte específico y las necesidades de entrenamiento subsiguientes determinan en última instancia las fuerzas de reacción del suelo y las demandas mecánicas aplicadas sobre el cuerpo, por lo que podemos suponer que estas demandas pueden tener la capacidad de influir en la estructura del pie, o viceversa.
La Gimnasia rítmica
(GR) es un deporte con elevado contenido técnico de alta dificultad y con la
particularidad de que las gimnastas trabajan descalzas o con una zapatilla de
escasa protección. Durante los ejercicios de competición las gimnastas deben
realizar, además del manejo de aparatos, dificultades corporales elegidas entre
tres grandes grupos corporales con la mejor ejecución posible, valor que es
determinado por un jurado. Las tres principales acciones corporales que
determinan el rendimiento en GR (FIG, 2017) son los Saltos, los Equilibrios y
las Rotaciones y en las tres la correcta biomecánica del pie es esencial para
una perfecta ejecución técnica. Además el comportamiento del pie no sólo es
analizado y valorado por las jueces durante el tiempo que permanece
interaccionando con el suelo sino que también debe de seguir trabajando cuando
permanece elevado y sin contacto con ninguna superficie.
La edad de iniciación y de rendimiento en deportes como la gimnasia se ha ido reduciendo cada vez más y teniendo en cuenta los intensos programas de formación desde la primera infancia, parece razonable que estos atletas también presenten adaptaciones musculoesqueléticas ya que comienzan un entrenamiento intenso, involucrando el estiramiento y fortalecimiento de los músculos del pie, antes que otros deportistas cuando el sistema musculoesquelético es inmaduro.
Investigaciones en otros deportes han encontrado que gimnastas masculinos de gimnasia artística de élite tuvieron un arco del pie significativamente reducido en comparación con los atletas de otros deportes, así como con un grupo de control no atlético (Aydog et all,. 2005a). Fascione (2005) encontraron que los atletas de fondo tenían alturas de más altas que los atletas de velocidad. Un estudio realizado con velocistas (Jeanna et all., 2009) encontró asociación entre el rendimiento y algunos parámetros del pie que puede sugerir una ventaja competitiva o una consecuencia de una formación extensiva que puede o no ser ventajosa. Estos hallazgos hacen posible que pueda ser una ventaja que un deportista tenga un tipo de pie específico para un deporte dependiendo de las exigencias de ese deporte. No hemos encontrado ningún estudio específico en GR sobre la asociación de la huella plantar con el nivel de experiencia de la gimnasta y el éxito en su rendimiento. El propósito de esta investigación es determinar estas asociaciones
OBJETIVOS
·
Determinar la morfología del pie de nuestras
gimnastas y la influencia de sus características en la ejecución de la técnica
corporal en GR.
·
Encontrar algún patrón podológico asociado al
rendimiento en la técnica corporal.
·
Analizar la influencia de la experiencia como
gimnastas en la morfología del pie.
METODOLOGÍA
Realizamos
un estudio observacional transversal de
prevalencia entre un grupo de gimnastas de diferentes edades y niveles. La muestra
estaba compuesta por 48 gimnastas que cumplían los siguientes criterios de
inclusión: estar
federadas durante el último año y competir durante la temporada 2016-2017 en
GR, no practicar otro deporte fuera de la GR, firmar el consentimento informado
para participar en el estudio y llevar por lo menos un año practicando GR.
Los criterios de exclusión seguidos fueron los
siguientes: no firmar el consentimento informado, pies no asintomáticos en el
momento de estudio o tener alguna intervención quirúrgica en el complejo
pie-tobillo o rodilla.
Tabla 1. Descripción general de las gimnastas
|
Media±DT |
|
Edad |
14±2,8 |
|
Años práctica Gimnasia
Rítmica |
7,15±3,339 |
|
IMC |
Saludable |
91,7% |
|
Sobrepeso |
8,3% |
Dominancia |
Derecha |
81,3% |
|
Izquierda |
18,8% |
IMC: Índice de masa
corporal; DT= Desviación típica
A
partir del IMC determinamos el estatus de peso corporal (saludable y
sobrepeso) tomando como referencia los
estándares de Cole (Cole, Bellizzi, Flegal y
Dietz, 2000).
Procedimiento: De forma previa a las mediciones, se completó un documento
con los datos de cada sujeto y posteriormente se realizó la medición de talla y
peso. Se determinaron las siguientes variables
Peso y
talla:
Para describir las características antropométricas de la población se ha
utilizado un tallímetro SECA (SECA Ltd, Alemania) y una báscula
de pie SECA (SECA Ltd, Alemania). El peso se midió
dos veces con una precisión de
Morfología
del pie: Para analizar la morfología del pie se determinaron los
siguientes parámetros:
Morfología
en estática de pie evaluado mediante el Foot Posture Index en 6 categorías (FPI6,
Vijayakumar y Senthil Kumar, 2016) Es un método para clasificar el pie en 5 apartados:
altamente supinado, supinado, neutro, pronado, altamente pronado.
Los 6 ítems para determinar la clasificación son:
palpación de la cabeza del astrágalo, curvaturas supra e inframaleolares, alineación en el plano frontal de la posición del
calcáneo, abultamiento de la articulación astrágalo-escafoidea, congruencia del
arco longitudinal medial y abduccion/adduccion del antepié en relación al
retropié. Cada uno de estos ítems se valoran en una escala de -2 a +2,
correspondiendo negativo (-2 y -1) a supinador, 0 neutro y positivo (+1y +2) a
pronador. El valor de este test se dará mediante la suma de todos ellos en cada
pie (Vijayakumar y Senthil Kumar, 2016). Para hacer comparaciones de otras variables con el FPI6 agrupamos, los
“altamente pronados” como pronados y los “altamente supinados” como
“supinados”.
Tipo de huella: Mediante un pedígrafo
tipo libro recogimos la huella plantar de ambos pies de cada participante, pisando sobre sobre un dispositivo de goma, impregnado
en tinta, bajo el cual hay un papel que tras la pisada se impregna de la tinta
y señala la huella plantar (Gómez et all., 2003). Este procedimiento
permite clasificar la huella en: normal, plana o
cava, siguiendo los criterios del método HC (Hernández Corvo, 1989).
Longitud y
ancho de pie: La longitud
mediante el medidor del pie proporcionado desde el talón hasta el dedo más
largo; y el ancho, medido con una regla posicionada perpendicularmente a una
pared y el pie sobre ella en la zona metatarsal, coincidiendo con la zona visiblemente
más ancha. La medida utilizada para ambos caso son los centímetros (cm).
El rango
articular de la TPA (Articulación tibio-peronea-astragalina): se
determinará mediante el test de Lunge (Jeon, Kwon, Cynn, y Hwang, 2015) cuyo procedimiento
es:
1.
Colocar una tira de cinta adhesiva en el
suelo continuándose otra tira en la pared conformando una angulación de 90º. En
la tira colocada en el suelo, se hace una marca con la regla de 10 cm de
distancia respecto a la pared.
2.
Colocar un pie sobre la cinta del suelo,
colocando el dedo más largo en la marca de los 10 cm. La otra pierna, se
colocará por detrás en una posición cómoda. Las manos deben de
estar apoyadas en la pared.
3.
Se realiza acercando la rodilla hasta la
cinta colocada en la pared y se deberá conseguir sin levantar el talón del
suelo.
4.
Si el talón se eleva, se deberá acercar
el pie hasta que se consiga realizar el test sin elevarlo.
5.
Una vez realizado correctamente, se
coloca un inclinómetro, con la medida de grados (Xº), en la tuberosidad tibial,
marcando así los grados de dorsiflexion de la TPA.
La distancia a la que se haga el test
respecto a la pared es dependiente de la altura, por lo que no realizarlo en
los 10 cm estipulados no significaría limitación articular. El test sería
negativo (limitación de TPA) en caso de que los grados del inclinómetro fuesen
menores de 35 grados (Jeon et all., 2015).
Técnica
Corporal
Para la evaluación de
las variables relativas a la técnica corporal se utilizó metodología
observacional mediante la aplicación de una planilla de observación a cinco
elementos técnicos: dos saltos, dos equilibrios y una rotación. Se eligieron
elementos de nivel de dificultad más baja (Código de Puntuación, FIG 2017) para
minimizar lo máximo posible la influencia que otras variables como nivel
técnico o cualidades físicas. Los saltos realizados fueron “tijera adelante” y
“gacela”, los equilibrios “equilibrio en pasé” ejecutado en relevé o metatarso y
“tour lent en equilibrio en passé” ejecutado en planta y como rotación el “giro
en passé”.
Las gimnastas
realizaron dos repeticiones de cada uno de los elementos técnicos que fueron
grabados en video y puntuados después de acuerdo con los criterios del Código
de Puntuación en vigor (FIG, 2017) por dos jueces internacionales con amplia
experiencia.
Los parámetros evaluados
en los elementos corporales de acuerdo con el Código de Puntuación fueron:
·
Saltos: Elevación y forma definida y fijada.
·
Equilibrios: Forma definida y forma fijada (1
segundo).
·
Rotaciones: Grados de rotación y forma definida
y fijada
Figura 1. Elementos técnicos
realizados
Cada parámetro se
evaluó partiendo de una nota máxima de 10 puntos y se fueron restando
penalizaciones (Código FIG, 2017) en función de las desviaciones de las
ejecuciones de las gimnastas respecto a la ejecución técnica correcta,
sumándose la puntuación alcanzada para cada grupo corporal y para el total de
la técnica corporal. Se evaluó la fiabilidad intra e interobservador con el
coeficiente de correlación intraclase (CCI), con un intervalo de confianza (IC)
del 95% obteniéndose valores de 0.91 y 0.80 respectivamente
Análisis estadístico
Se realiza un
análisis descriptivo de las variables de estudio: las variables cualitativas se
representan mediante frecuencia y
porcentaje y las cuantitativas, mediante media ± desviación
estándar. La homocedasticidad y normalidad de las variables fueron testadas mediante
las pruebas de Levenne y Kolmogorov-Smirnov respectivamente. Se usó un t-test independiente para evaluar diferencias
significativas entre los dos pies.
Se analizaron las
posibles asociaciones entre variables cualitativas mediante el estadístico
análisis de la varianza (Anova un factor). Para analizar la relación entre las
variables de cuantitativas se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson
(r) y la regresión lineal.
Aspectos
éticos
Todos los
integrantes de la muestra participaron de forma voluntaria, siendo informados
previamente sobre el objetivo y finalidad del estudio y tipo de pruebas a las
que se someterían con un díptico informativo.
Se solicitó el consentimiento informado por parte de los sujetos de
estudio incluidos. En el caso de ser menor de edad, se solicitó autorización a
los tutores legales.
Se garantizó la
confidencialidad de la información obtenida en el estudio según la ley vigente
(Ley Orgánica15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter
Personal), anonimizando las hojas de registro y los cuestionarios para el
tratamiento de los datos y la difusión de los resultados.
Se siguen las
normas de buena práctica clínica de la declaración de Helsinlki y se consiguió
un informe favorable por la Vicerrectoría de Política Científica, Investigación
y Transferencia de la Universidade da Coruña (UDC).
RESULTADOS
En la morfología del pie de las gimnastas (tabla
2) las frecuencias sobre el FPI6 en el pie derecho fueron las siguientes: el
72,9% presenta un pie neutro, el 2,1% presenta un pie supinado y el 25%
presenta un pie pronado. El FPI6 en el pie izquierdo nos muestra que un 75%
presenta pie neutro, un 2,1% presenta pie supinado y un 22,9% presenta pie
pronado.
Tabla
2.
Frecuencia de morfología del pie y del tipo de huella (FPI6):
|
Derecho |
|
Izquierdo |
Derecho |
Izquierdo |
|
||||||
Tipo de
Pie p: 0,569 |
n |
% |
n |
% |
Tipo de
Huella p: 0,659 |
n |
% |
n |
|
|||
Neutro |
36 |
72,9 |
35 |
75 |
Normal |
34 |
70,8 |
35 |
72,9 |
|||
Supinado |
1 |
2,1 |
1 |
2,1 |
Plana |
1 |
2,1 |
1 |
2,1 |
|||
Pronado |
11 |
25 |
12 |
22,9 |
Cava |
13 |
27,1 |
12 |
25 |
|||
Se presentan los
resultados en %; n: número de casos; *p significativa ≤
0,05
Respecto al tipo de huella (tabla 2) en el pie
derecho encontramos un 70,8% de huellas normales, un 2,1% planas y un 27,1%
cava. Y en el pie izquierdo encontramos un 72,9% normales, un 2,1% planas y un
25% cavas. Las diferencias entre pie derecho e izquierdo no son significativas
ni para el tipo de pie ni para el tipo de huella.
Si analizamos la relación entre tipo de pie, la
huella y los años de práctica (tabla 3) encontramos diferencias sólo
significativas para el tipo de pie entre los dos grupos. Vemos que las
gimnastas de más de 5 años de práctica presentan un % de 74,4 de pies neutros
frente a 66,7% de las de menos de 5 años. El porcentaje de pies pronados es
superior en las gimnastas de menos años de práctica 33,3% frente a 23,1%.
Tabla
3.
Frecuencia del tipo de pie, tipo de huella y años de práctica
|
|
|
Pie Derecho |
Pie zquierdo |
Pie Derecho |
Pie
Izquierdo |
||||||||
|
p
valor |
0,008* |
0,007* |
0,585 |
0,469 |
|||||||||
|
Tipo
de Pie |
n |
% |
n |
% |
Tipo
de Huella |
n |
% |
6 |
66,7 |
||||
menos
de 5 años |
neutro |
6 |
66,7 |
6 |
66,7 |
normal |
5 |
55,6 |
3 |
33,3 |
||||
pronado |
3 |
33,3 |
3 |
33,3 |
cava |
4 |
44,4 |
9 |
100,0 |
|||||
Total |
9 |
100,0 |
9 |
100,0 |
Total |
9 |
100,0 |
29 |
74,4 |
|||||
más
de 5 años |
neutro |
29 |
74,4 |
30 |
76,9 |
normal |
29 |
74,4 |
1 |
2,6 |
||||
supinado |
1 |
2,6 |
1 |
2,6 |
plana |
1 |
2,6 |
9 |
23,1 |
|||||
pronado |
9 |
23,1 |
8 |
20,5 |
cava |
9 |
23,1 |
39 |
100,0 |
|||||
Total |
39 |
100,0 |
39 |
100,0 |
Total |
39 |
100,0 |
6 |
66,7 |
|||||
Se
presentan los resultados en %; n: número de casos; *p
significativa ≤ 0,05
Se muestran (tabla 4) el resto de variables
cualitativas (longitud, ancho de ambos pies y rango de movimiento de TPA)
mediante su media, mediana y desviación estándar. Aunque existen diferencias
entre pie derecho e izquierdo no son significativas ni para la longitud, el
ancho y el test de lunge.
Tabla
4.
Estadísticos de longitud, ancho de ambos pies y rangos de la articulación
tibioperonea-astragalina
|
Media
y DT |
p
valor |
Longitud
pie derecho |
23,050±1,2167 |
0,120 |
Longitud
pie izquierdo |
22,931±1,2656 |
|
Ancho
pie derecho |
8,185±0,7949 |
0,130 |
Ancho
pie izquierdo |
8,285±0,8508 |
|
Test
de Lunge pie derecho |
48,625±3,3633 |
0,556 |
Test
de Lunge pie izquierdo |
48,844±4,1932 |
DT= Desviación típica; *p significativa
≤ 0,05
Tabla
5.
Estadísticos de longitud, ancho de ambos pies y rangos de la articulación
tibioperonea-astragalina y años de práctica
|
|
Media
y DT |
p
valor |
Menos
de 5 años |
Longitud pie derecho |
22,211±0,8023 |
0,159 |
Longitud pie
izquierdo |
22,067±0,7263 |
||
Ancho pie derecho |
7,944±0,7248 |
0,272 |
|
Ancho pie izquierdo |
8,078±0,8363 |
||
Test de Lunge pie
derecho |
46,133±3,36674 |
0,907 |
|
Test de Lunge pie
izquierdo |
47,178±4,4488 |
||
Más
de 5 años |
Longitud pie derecho |
23,244±1,2208 |
0,046 |
Longitud pie
izquierdo |
23,131±1,2854 |
||
Ancho pie derecho |
8,241±0,8087 |
0,866 |
|
Ancho pie izquierdo |
8,333±0,8576 |
||
Test de Lunge pie
derecho |
49,200±3,0577 |
0,471 |
|
Test de Lunge pie
izquierdo |
49,228±4,0953 |
DT= Desviación típica; *p significativa ≤ 0,05
En la tabla 5 se indican los resultados para
las variables longitud, ancho y test de lunge en función de los años de
entrenamiento. Aunque se aprecian diferencias en los dos grupos no son
significativas.
Y por último presentamos los resultados
correspondientes a las variables relativas a la técnica corporal (tabla 6)
reflejada en los 3 grandes grupos de elementos corporales propios de la GR:
Saltos, equilibrios y Rotaciones. Cada elemento corporal realizado fue valorado
en 2 criterios, determinados por el Código de Puntuación actual (FIG 2017) de
10 a 0 puntos. Se muestran también los sumatorios de los datos de la valoración
total de los elementos de Salto, de Equilibrio, de Rotación y la global como
sumatorio de todos los elementos corporales.
Tabla
6.
Estadísticos para los Elementos de Técnica Corporal
|
|
Media y
DT |
Grupo
Corporal Salto |
Elevación Salto Tijera |
6,38±,981 |
Forma y Fijación Salto Tijera |
6,79±1,010 |
|
Elevación Salto Corza |
6,52±,967 |
|
Forma y Fijación Salto Corza |
6,83±1,209 |
|
Total
Técnica Corporal Saltos |
26,8750±3,55 |
|
Grupo
Corporal Equilibrio |
Mantenimiento Equilibrio Passé |
6,56±1,303 |
Forma Equilibrio Passé |
6,77±,994 |
|
Mantenimiento Tour Lent Passé |
6,10±1,153 |
|
Forma Tour Lent Passé |
6,23±1,036 |
|
Total
Técnica Corporal Equilibrios |
25,9583±3,97 |
|
Grupo
Corporal Rotación |
Grados de Rotación Giro en Passé |
6,40±1,250 |
Forma y Fijación Giro en Passé |
6,46±1,148 |
|
Total
Técnica Corporal Rotaciones |
12,9792±2,14 |
|
|
Total
Técnica Corporal Global |
65,0417±9,84 |
DT= Desviación
típica
Los resultados para estudiar las asociaciones
entre variables cualitativas y la técnica corporal, (tabla 7, Anova de un
factor) nos indican que no hay relación significativa entre la morfología del
pie, el tipo de huella y los resultados en la técnica corporal.
Tabla
7.
Resultados asociación entre Técnica Corporal y morfología del pie y tipo de
huella
|
F TCGlobal |
F TCSaltos |
F CEquilibrios |
F TCRotaciones |
||||
|
Pie
D |
Pie
I |
Pie
D |
Pie
I |
Pie
D |
Pie
I |
Pie
D |
Pie
I |
Tipo
de pie |
0,572 p:0,569 |
0,998 p:0,377 |
0,607 p:0,549 |
0,654 p:0,525 |
0,603 p:0,551 |
1,102 p:0,341 |
0,514 p:0,602 |
0,855 p:0,432 |
Tipo
de huella |
1,309 p:0,280 |
0,465 p:0,631 |
0,476 p:0,247 |
0,883 p:0,625 |
0,684 p:0,510 |
0,542 p:0,585 |
0,837 p:0,440 |
0,399 p:0,674 |
F: estadístico Anova de
un factor; TC: Técnica corporal; Pie D: pie derecho; Pie I: pie izquierdo; p
significativa ≤0,001**; p significativa ≤0,005*
Los resultados de para estudiar las
asociaciones entre variables cuantitativas y la técnica corporal (la
correlación de Pearson) son no significativos para la longitud y anchura de los
pies pero si es significativa entre el test de Lunge con la técnica global, la
técnica de saltos, la técnica de equilibrios, y con la técnica de las rotaciones
en los dos pies. Y los resultados siempre son superiores en el pie derecho
respecto al izquierdo.
Tabla
8.
Resultados Correlación de Pearson entre Técnica Corporal y alteraciones
morfoestructurales de los pies, y Test de Lunge
r |
TCGlobal |
TCSaltos |
TCEquilibrios |
TCRotaciones |
Test de Lunge PD |
,406** |
,387** |
,371** |
,390** |
Test de Lunge PI |
,351* |
,310* |
,290* |
,330* |
r:
correlación de Pearson; TC: Técnica corporal; p significativa ≤0,001**;
p significativa ≤0,005*
El análisis de regresión lineal nos indica que
el test de Lunge tiene baja capacidad predictora sobre los resultados en la
técnica corporal (R cuadrado 0,165 pie derecho y R cuadrado 0,123 pie
izquierdo).
DISCUSIÓN
Las gimnastas estudiadas presentan asimetrías no significativas en la morfología del pie y la huella plantar de forma similar a otros estudios (Lichota, Plandowska y Mil, 2013), (Elvira, Vera-García, Meana y García, 2008) que obtuvieron diferencias significativas entre ambos pies. Franco, Nathy, Valencia y Vargas (2009) en un estudio con una muestra de sedentarios y deportistas encuentran también un alto porcentaje de individuos no simétricos (58% frente a 42%) y mayor en la población deportista. Elvira et all. (2008) exponen como causa de este hecho la dirección del circuito que obliga a correr o marchar siempre en la misma dirección. Sin embargo Delgado (2015) en un estudio realizado con 497 niños y 534 niñas en edad escolar no encontró diferencias significativas en la comparación entre los dos pies en la mayoría de las variables analizadas. En nuestro estudio, aunque las diferencias tampoco son significativas, pueden deberse al tipo de trabajo técnico específico, que produce que las gimnastas realicen un mayor número de apoyos sobre un pie (pierna buena) que sobre el otro (Batista, Bobo, Lebre y Ávila-Carvalho, 2015). Este trabajo unilateral puede poner en riesgo un desarrollo armónico de las gimnastas y producir posibles lesiones (Zetaruk, Violan, Zurakowski, Mitchell y Michell, 2006) por descompensaciones por lo que debería corregirse en el entrenamiento.
Nuestros resultados respecto al tipo de pie
(FPI) indican un predominio del pie neutro (75%) seguido del pie pronado
(22,9%). Martínez Nova et all. (2014) evaluaron el índice de postura del pie
(FPI) en diferentes poblaciones deportivas encontrando resultados similares a
los nuestros respecto a la normalidad de la morfología en estática del pie,
aunque con más tendencia a la pronación en jugadores de baloncesto y
corredores, frente a los jugadores de balonmano con mayor tendencia a la
supinación.
Nuestras gimnastas presentan una huella plantar mayoritariamente normal (72,9%) seguida de huella cava (25%) frente a otros estudios como el de Berdejo-del-Fresno, Lara, Martínez-López, Cachón y Lara (2013) que encontraron una tendencia a aplanarse las huellas de ambos pies en jugadoras de hockey, y modificaciones en el pie dominante en jugadoras de fútbol sala, por el contrario, las mujeres sedentarias no presentaron cambios de la huella plantar. Otro estudio referencia un arco significativamente más bajo en gimnastas de élite (gimnasia artística) en comparación con los atletas de otros deportes, así como un grupo de control no atlético (Aydog et all., 2005b). Estos autores encontraron diferencias significativas no sólo en el arco sino también en las fuerzas musculares de la dorsiflexión del tobillo son más bajas en gimnastas que en controles sanos no atléticos. El tipo de superficie en la que desarrollar su trabajo los gimnastas de artísticas, de carácter elástico, puede justificar estas diferencias. Otros autores (Franco et all., 2009) compararon las huellas plantares de los deportistas pertenecientes a varios deportes como la natación, halterofilia, atletismo y estudiantes sedentarios. Y los resultados coinciden con los de nuestro estudio, en que tanto los deportistas como los sedentarios tienden a un tipo de pie normal-cavo y que la práctica deportiva no es un factor influyente en las modificaciones relativas a simetrías o asimetría en la huella plantar de un individuo.
Hernández Guerra (2006)
evaluó el tipo de pie en la población de niños y niñas de 9 a 12 años, edades
cercanas a las de nuestro estudio constatando una mayor prevalencia de pies
normales y cavos ya desde la etapa infantil.
Otros estudios (Elvira et all., 2006), (Wegener, Burns y Penkala, 2008)
encontraron prevalencia del tipo de pie cavo, y concluyen que las actividades
desarrolladas en el medio terrestre, sobre todo si son repetitivas y duraderas,
tienen un plus de carga de trabajo y estrés para el pie, y son necesarias
ciertas adaptaciones músculo-esqueléticas en el pie del deportista que tiende a
moldearlo creando un arco plantar más elevado que las personas sedentarias.
Martinez-Amat et all. (2016) indican en su trabajo que los participantes, tanto
entrenados como no entrenados, presentaban mayoritariamente un pie cavo, aunque
precisan que puede ser un resultado controvertido debido a la gran variabilidad
entre las técnicas de medición para evaluar la huella plantar que puede alterar
los resultados. Quizá esta variabilidad en los resultados pueda justificar los
datos contradictorios entre los diferentes estudios de la bibliografía y los
nuestros.
Los resultados
obtenidos por nuestras gimnastas en el ancho y largo del pie son ligeramente
inferiores a los presentados por Delgado (2015) y Mazoteras (2017) en muestras
de escolares españoles de menor edad que nuestras gimnastas. La razón puede
deberse a la constitución requerida para esta disciplina deportiva que suelen
ser delgada y no muy alta. Otros autores
(Martinez-Amat et all., 2016), (Elvira et all. 2008)
obtienen
diferencias significativas en el largo y ancho de los pies de los deportistas
frente a los no deportistas, y podría deberse a las exigencias mecánicas a las
que son sometidos. No parece que en la gimnasia se produzcan este tipo de
adaptaciones. Puede que el trabajo del pie descalzo sobre una superficie no
deformable y no elástica sea la causa y requeriría un estudio más en
profundidad.
Encontramos diferencias
significativas entre la morfología del pie y los años de experiencia en nuestro
estudio para el tipo de pie y no para el tipo de huella. Y aunque hay
diferencia en relación a la experiencia en el ancho y en la longitud de los
pies, no son significativas y pueden deberse a que, a más años de práctica, más
edad y por lo tanto un pie más grande.
Jeanna et all. (2009) encontraron diferencias significativas entre las
medidas de la huella plantar (longitud y anchura) y la experiencia y resultados
en corredores y entre los velocistas más rápidos y lentos. Estos resultados
pueden sugerir una adaptación del tipo de pie a las demandas específicas de la
especialidad deportiva. Martinez-Amat et all. (2016) encontraron que los años
de entrenamiento en atletas de velocidad, fondo, y natación no han ocasionado
modificaciones en la curvatura del pie ni en su tipología. Otros estudios
dentro del mismo deporte, (Berdejo et all., 2013, López,
Alburquerque, Santos, Sánchez y Domínguez, 2005) concluyeron que no había diferencias en el tipo de
pie en futbolistas de distintas categorías. En nuestro estudio la edad de las
gimnastas puede ser un factor que asociado con los años de práctica justifique
las alteraciones morfológicas encontradas.
La relación del pie con
las variables de rendimiento deportivo sólo ha sido significativa para el test
de Lunge con los tres grupos corporales característicos de la técnica corporal
de este deporte. El test de Lunge mide el rango articular de la articulación
talo-crural durante la flexión dorsal (Jeon et all., 2015). La dorsiflexión
(DF) de la articulación talo-crural permite el movimiento de flexión dorsal en
el plano sagital y es una de las articulaciones más importantes y complejas del
pie. Un adecuado rango de DF es necesario para la correcta realización de
actividades deportivas que tienen el tren inferior como protagonista. La
evaluación de la amplitud de movimiento de la DF de la articulación talo-crural
es esencial para identificar los factores de riesgo de muchas lesiones de la
extremidad inferior (Alfaro et all., 2017), (Matthew y Patrick, 2011)
pero hay pocas referencias en la literatura asociándola con factores de
rendimiento. Spink et all. (2011)
evidenciaron que el rango de movimiento de la DF del tobillo se asoció
significativamente con el equilibrio y la capacidad funcional en movimientos
básicos como subir un escalón y andar rápido.
Hamilton, Hamilton,
Marshall y Molnar (1992) indican mayor rango en la articulación del
tobillo en bailarines profesionales. Bennet
et all. (1999)
en un estudio realizado con bailarines encontraron resultados similares a los
nuestros referenciando un 25% mayor rango de DF de tobillo que los no
bailarines. Y no encontraron correlaciones significativas entre rango de
movimiento y años de entrenamiento y horas semanales de entrenamiento de forma
similar a nuestro estudio por lo que no podemos considerarla una adaptación del
pie al entrenamiento. Al contrario Russell, Kruse, Nevill, Koutedakis y Wyon (2010) referencia pérdida de amplitud en
el movimiento de dorsiflexión con la experiencia, relación no observada en
nuestras gimnastas, quizá por su corta edad, y causada, entre otras causas, por
la especificidad del trabajo de puntas del ballet.
Los resultados para el
test de Lunge obtenidos por nuestra muestra son claramente superiores a los
referenciados en la bibliografía (Morales 2017, Jeon et all., 2015, Matthew y
Patrick, 2011) lo que puede ser una ventaja a la hora de ejecutar los elementos
técnicos en los que la articulación talo-crural sea protagonista como
equilibrios, saltos o rotaciones.
CONCLUSIONES
En los resultados de
nuestro estudio las gimnastas tienen predominantemente un pie neutro y con
huella normal. Presentando bastante asimetría entre un pie y otro lo que puede
ser consecuencia de un trabajo asimétrico y debería ser corregido en el
entrenamiento. La anchura y longitud del pie son ligeramente inferiores a la
media de escolares de edades similares.
Ninguna de estas
variables se asocia significativamente con el rendimiento y no parecen
responder a adaptaciones al entrenamiento como consecuencia de los años de
práctica.
La amplitud de
movimiento en la dorsiflexión del tobillo es mayor en nuestras gimnastas que lo
referido en la literatura y si tiene asociación significativa con el
rendimiento técnico pero no con los años de entrenamiento.
La GR podría no ser un
factor tan decisivo como podía suponerse en las modificaciones morfológicas de
la huella plantar. Sólo el rango de amplitud de la articulación talocrural
parece ser una característica de la morfología del pie que incida sobre el
rendimiento técnico y no parece ser una adaptación al entrenamiento ni a la
experiencia deportiva.
Una muestra más amplia y de mayor rango de edad permitiría un análisis más profundo de la morfología del pie en las gimnastas. Una información más detallada con respecto a la calidad y la cantidad del entrenamiento permitiría una mejor comprensión de los efectos específicos de la dosis-respuesta al mismo, en lugar de inferirse del autoinforme de los sujetos. Un diseño de estudio transversal hace problemática la atribución causal y sería deseable un diseño de estudio longitudinal para poder confirmar los resultados de este estudio y confirmar la naturaleza de los resultados encontrados.
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vol. 20 - número 79 - ISSN: 1577-0354